Lady Octavia no estaba dispuesta a admitir el estatus de Joanna.
Así que cuando hablaba de ella, incluso dudaba en mencionar su nombre.
Ashton lo notó y su cara se tornó desagradable:
—Mamá, ¿te refieres a tu nuera? Está cansada, así que la dejé ir a la sala de descanso un rato.
Al escuchar las palabras "nuera", la expresión de Lady Octavia se volvió rígida.
Para ella, esto era sin duda una burla.
Siempre pensó que sus dos hijos eran los mejores del mundo, y sus futuras parejas tenían que estar a la par en estado social y económico, tan destacadas como ellos.
Especialmente comparado con su hijo mayor, Brandon, siempre había consentido un poco más a su hijo menor, Ashton.
Pero inesperadamente, el hijo a quien más estimaba la había decepcionado con este asunto.
Desde joven, Ashton había sido sensato, capaz de tomar sus propias decisiones y hacer las cosas bien sin causar preocupaciones a sus padres. Nunca les había decepcionado antes.
