- Mansión Ingram, zona de entrenamiento –
Sandra se encontraba entrenando con su lanza empuñándola contra el aire en diferentes posturas.
En la mansión ver a Sandra entrenando era algo muy común, ella era una amante de la guerra y llego a ser una de las generales de Raúl hasta que tuvieron a Vance y ella decidió quedarse en casa cuidándolo.
Esto pudo no haber sido la mejor idea porque con los años Sandra se volvió más cínica y estricta con Vance al querer que el siguiera con su sueño de ser un gran general.
En algún momento Sandra empezó a ver a Vance como una manera de lograr lo que nunca pudo por su falta de talento.
No es que fuera débil pero no era lo suficientemente fuerte como para ser nombrada general además de su falta de talento mágico, su estatura media y el ser una mujer no ayudaban demasiado.
Con esfuerzo duro logro destacar, pero al final no fue suficiente.
Con el tiempo agoto sus esperanzas, decidió mejor tener al primogénito de Raúl y quedarse en casa.
Pero eso tampoco fue una muy buena idea.
Sandra escucho unos pasos detrás de ella y cuando se giró vio a quien menos quería ver.
Darius estaba parado a unos metros de ella.
"...eres tú Darius" lo miro con las cejas fruncidas.
"hola madre Sandra" Darius la saludo a lo lejos.
"iba a entrenar un tiempo antes de irme a dormir" le dijo con una sonrisa.
Sandra no le respondió, se giró y siguió entrenando con su lanza.
Él sabía que Sandra iba a estar entrenando a esta hora ya que aparte de él y Raúl ella era de los que más entrenaban en la mansión.
Darius acostumbrado al frio trato de Sandra no dijo nada y camino hacia una zona no muy lejos de ella y empezó a entrenar.
Desde que había cumplido 5 años había empezado a ejercitarse con pequeñas cargas que fueron aumentando con el tiempo.
No solo pesas también algunas rutinas de calistenia y hace poco también una rutina de boxeo.
A la familia no le pareció muy extraño ya que los niños de la familia Ingram empiezan a entrenar desde muy pequeños.
Vance igual había empezado a entrenar temprano no tanto como Darius pero por pedido de Sandra su entrenamiento empezó antes de lo esperado.
Thomas si empezó como normalmente se hacía por eso llego a tener un poco de obesidad, por eso y su amor por la comida.
La genética Ingram es una de las mejores al ser una familia militar que lleva orientándose a la guerra desde hace muchos siglos.
Al no ser Ingram "puros" la genética de la madre igual influye al final.
Aunque la genética Ingram tendía a ser la más dominante.
La genética era un boleto de lotería, no sabias si ganaste hasta que lo rascas.
Thomas tuvo la suerte que la familia de cristina también era una familia militar.
Los Monroe.
La misma familia de Briana.
Todo esto hizo que Thomas tuviera una muy buena genética que con solo entrenamientos no muy intensos lograba buenos resultados.
Darius estaba haciendo sombra mientras practicaba algunos movimientos de boxeo.
Él sabía que el boxeo no era la mejor disciplina para una pelea sin reglas, pero no estaba siguiendo al pie de la letra las enseñanzas del boxeo.
Era más bien una combinación de varias otras doctrinas.
Solo le importaba como dar un buen golpe y una buena patada.
Entrenaba ignorando las reglas del boxeo como no dar golpes detrás de la cabeza ni golpear con los antebrazos.
Su estilo se parecía más a un muay thai callejero.
Sandra que se encontraba un poco alejada de el no pudo evitar mirarlo de vez en cuando para ver que hacía.
Pero cuando lo vio mover las piernas como si estuviera bailando pensó que solo estaba jugando.
"si no vas a entrenar de verdad será mejor que te vayas" Sandra le dijo sin darse la vuelta para mirarlo.
Cuando Darius la escucho detuvo su juego de piernas y se giró para mirarla.
Sandra vestía un traje ajustado que usaba para entrenar, tenía el pelo amarrado en una coleta alta.
Se veía como una artista marcial, sus ojos no pudieron evitar viajar a las dos "montañas" que saltaban de un lado para otro cuando ella se movía.
Darius negó con la cabeza para sacarse la cabeza esa visión.
"por qué debería importarte lo que esté haciendo pensaba que te gustaba ignorarme" darius fue bastante directo con Sandra ya que era la única forma de que ella le respondiera.
Sandra se giró para verlo y su rostro se notaba muy serio.
"no juegues conmigo Darius yo no soy como Leila"
"no estaba jugando contigo solo me preguntaba de donde venia todo ese odio hacia mí no recuerdo haberte hecho nada" Darius dijo y volvió a entrenar sombra golpeando el aire como si hubiera una persona en frente de él.
Sandra frunció más las cejas y le dijo "no es que me hayas hecho algo o no Darius tu mera existencia trae problemas a todos"
"cómo puede ser eso si soy un niño bueno" dijo con una sonrisa.
Sandra pareció enojarse aún más.
"ni si quiera puedes tomarte en serio algo tan importante como esto, eso mismo nos va a terminar matando a todos" a Sandra ya no le importaba que con quien estaba hablando era un niño.
"a que le temes tanto? ¿Son los otros reinos o tal vez es esa iglesia de la luz?"
"todos y cada uno de ellos y por como veo con esa actitud que tienes no me sorprendería que fueran más" Sandra se notaba de muy mal humor.
"a mi todo esto solo me suena a una madre que está preocupada por el futuro de su hijo" Darius dejo de golpear el aire y se giró para mirarla.
El puño de Sandra se cerró fuerte apretando la lanza.
Sus ojos parecían decir que si decía algo más ella no respondería a lo que pasara.
"es eso? ¿O tal vez es el miedo de no poder lograr tus sueños a través de Vance?" Darius la miro fijamente.
En solo un segundo una briza de viento llego a la cara de Darius haciéndole cerrar los ojos que luego abrió para terminar viendo a Sandra con la lanza encima de su cuello y su rostro frio.
"vuelve a decir eso y t-"
"me estas amenazando?..." Darius dejo de sonreír y su rostro se tornó muy frio.
No le gustaba que lo amenazaran.
Sandra gruño, pero justo en ese momento.
"madre Sandra que haces aquí con el hermano dariis?" la voz de una niña los hizo detenerse a los dos.
Era la pequeña Diana que ya tenía 4 años, vestía un pequeño vestido azul claro que combina con sus ojos mientras estaba peinada con dos coletas que la hacían ver muy alegre.
Sandra al ver a la pequeña diana rápidamente guarda la lanza y se fue sin antes darle una última mirada a Darius.
"hermano ya estoy aquí como me lo pediste, vamos a jugar?" la pequeña salto a los brazos de Darius.
"para la próxima no demores tanto, Diana"
(esperaba que llegara un poco antes, pero al menos llego, de no haberlo hecho no se si podría haber detenido a Sandra) Darius se secó el sudor de la frente.
Esperaba que Sandra se detuviera con la presencia de Diana así que la había llamado antes de hablar con Sandra por si las cosas se ponían algo feas.
Pero al final todo termino saliendo bien.
Excepto para Sandra.