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Chapter 34 - Prostituta

- Calle principal, reino Antilea -

En un carruaje movido por guardias de la familia Ingram se encontraba Thomas y Darius sentados uno frente al otro.

"sabes que si papa se entera de esto estaremos en muchos problemas verdad?" Thomas jugaba con sus dedos por los nervios.

"tranquilízate Thomas tu solo tienes que mirar para otro lado y hacer lo que siempre haces" Darius estaba mirando por la venta las calles de Antilea.

Por la zona donde vivían había basura, pero estaban ocultos en los callejones mientras la parte que da al público estaba reluciente.

Pero cuanto más avanzaban se podía notar como todo tomaba un color más gris y no tan colorido.

"por cierto, porque utilizaste el favor que te di por el duelo en esto, si le hubieras pedido a papa el igual te hubiera dejado el carruaje"

"no seas tonto Thomas el favor que te pedí no fue para salir de la mansión necesito estar un momento sin guardias por lo que te quedaras con ellos mientras no estoy"

"ehh y que es lo que quieres hacer que no quieres que los guardián te sigan?..." Thomas vio la expresión de Darius y supo que era mejor no preguntar.

Ya estaba jodido desde el momento que le prometió un favor a Darius.

Era el segundo favor que le hacía y el primero termino tan mal que esperaba nunca tener que volver a hacerlo.

"estamos aquí, bájate" Darius le hablo y Thomas solo pudo suspirar y esperar que nada saliera mal.

Salió del carro y le hablo a los guardias, cuando le preguntaron que quería les dijo que quería comprar unos helados para él y Darius.

Darius aprovecho el momento para salir por la ventana y correr hacia un callejón.

Tenía su cuerpo rodeado de una capa muy fina de magia de oscuridad para impedir ser detectado por los guardias.

Era una de las habilidades que había practicado con Frederic y estaba aprobada por el asesino.

Tampoco es que fuera muy difícil engañar a unos guardias tontos que solo sabían seguir órdenes y no pensar por sí mismos.

Darius se mezcló con la oscuridad y avanzo por los callejones.

Se puso una capa encima que previamente había ensuciado con tierra para pasar desapercibido y utilizo su magia para ser lo menos visible posible en la oscuridad.

Mientras caminaba por las calles de los barrios bajos de Antilea pudo ver muchas cosas locas que no se esperaría ver en plena calle.

Tipos cagando en el suelo, borrachos llenos de vómito, prostitutas dando sus servicios en las partes oscuras de los callejones.

Había mierda y vomito por todas partes era realmente asqueroso en la novela nunca se mencionó tan explícitamente cuan horrible era este lugar, pero verlo con sus propios ojos fue igualmente impactante.

Pero Darius no estaba aquí para oler mierda y borrachos meados.

Dio algunas vueltas por que no sabía bien donde era la ubicación que buscaba ya que se estaba dejando llevar por sus recuerdos de la novela.

Una mujer morena de pelo corto con un tatuaje de un beso arriba de su pecho izquierdo.

No era una descripción común, pero había que ver desde cerca para identificar el tatuaje y Darius era un niño así que eso complicaba las cosas.

Pero esto tenía una forma muy fácil de resolver.

"disculpa, viejo" Darius le hablo a un vagabundo que rebuscaba en la basura.

"hmm? que quieres niño no ves que estoy ocupado" el viejo no parecía muy amigable.

"estaba buscando a mi madre me dijeron que trabajaba por aquí se llama Sylvia, sabes dónde está?" 

El vagabundo dejo de rebuscar basura y lo miro de los pies a la cabeza con una sonrisa podrida.

"ahh ya veo de que se trata...hijo de una prostituta que fue abandonado" al viejo parecía muy acostumbrado a esta situación.

"sí si Sylvia una mujer muy feroz si me dejas decir JAJAJAJ!" la saliva del viejo casi le llega a la cara a Darius.

Darius se quedó mirándolo con ojos impasibles ya que no tenía tiempo para estar hablando con un viejo demente.

"sabes dónde está? necesito hablar con ella" Darius seguía en su papel de un niño abandonado.

No reacciono a los comentarios del viejo ya que un niño abandonado por una prostituta no tendría buenos sentimientos hacia ella.

En los barrios bajos el vivir sin madre para peor que el infierno.

No importa si tu madre era una prostituta la mayoría de las mujeres que vivían aquí lo eran, pero el abandonarlos era una cosa completamente distinta.

Preferían tener una madre prostituta que no tener ninguna.

Los niños abandonados de los barrios bajos eran muy feroces ya que era eso o morir.

Y los que no lo eran ya estaban muertos hace mucho tiempo.

"ehh Sylvia, siempre se pone al lado del casino junto a los basureros, pero será mejor que la visites mañana temprano no quisieras encontrarla trabajando JAJAJAJA!!" 

Darius no le respondió y se fue.

El casino era el lugar.

Estaba caminando, pero cuando iba a girar al callejón vio una botella volando hacia él.

"VIEJO DE MIERDA CREES QUE ESTO ES UNA CARIDAD!! ¡SIN DINERO NO ME MOVERE!" una voz femenina y fuerte resonó en el callejón.

"shh m-maldita puta ya verás" un viejo borracho salió del callejón abrochándose el cinturón y todo volvió a quedar en silencio.

Sylvia se encontraba sentada encima de un contenedor de basura con las piernas entre abiertas mientras comía una papa cocida. 

"toma necesitas algo para bajarlo" Sylvia miro hacia adelante y atrapo una botella que volaba hacia su cara.

Era la cerveza que había tirado antes.

"que hace un niño por aquí?" Sylvia no parecía estar hablándole a él.

"vine a buscarte Sylvia" Darius camino y se paró frente a ella.

"eres uno de esos hijos bastardos que abandone en la iglesia? si viniste a buscarme esperando un reencuentro familiar será mejor que te vayas" Sylvia pensando que era su hijo ni siquiera cerro las piernas.

Casi se le salía un pecho desde la chaqueta que tenía.

Darius la miro fijamente para buscar el tatuaje y ahí estaba, pero Sylvia malinterpreto esto.

"estas enfermo, niño podría ser tu madre" por fin había cerrado las piernas.

"50 piezas de oro" Darius no le respondió y le tiro un pequeño saco que tintineaba.

"...bueno no sabía que tenía un hijo tan rico, tal vez pueda hacer una excepción contigo" se acomodó la ropa para verse más presentable.

Darius solo la miro a la cara y Sylvia por fin se dio cuenta que este niño no era normal.

Desde la capucha unos ojos negros "brillaban" la miraban fijamente.

Ella conocía esa mirada.

La mirada de un asesino.

"no necesito tus servicios sexuales Sylvia necesito tus otros servicios"

Sylvia dejo de bromear y se puso seria por primera vez.

"...niño, no voy a preguntar por qué necesitas encargarte de alguien a tan corta edad todos tienen sus historias y su mierda con la que tratar, pero la tarifa es de 100 monedas"

"no intentes jugar conmigo Sylvia te puede costar muy caro, 50 ahora y 50 después, quiero que me lo entregues a esta dirección en ocho días hábiles lo quiero vivo, pero no me importa si le faltan todas las extremidades, lo necesito con la boca intacta"

"..." Sylvia miro el papel que le dio el niño con la foto de un señor con apariencia normal, al reverso una dirección y lo mínimo que tenía que tener el cuerpo. 

Miro de nuevo al niño y sintió un peligro agudo viniendo de él.

(este chico es peligroso) Sylvia confiaba en su intuición.

Esta misma le había salvado la vida muchas veces.

"está bien chico tenemos un trato" Sylvia le estiro la mano para recibir un apretón que cerrara el trato.

"no actúes como un noble es asqueroso" Darius se dio la vuelta y se fue.

(Sylvia una miembro de la llama negra, terrorista buscada en el reino de Antilea identificable por su tatuaje de un beso en su pecho izquierdo, la jefa de un prostíbulo que se usaba como fachada para esconder un negocio de tráfico de personas) Darius recordó la descripción de Sylvia en la novela.

La Sylvia de ahora todavía no era la mujer buscada por el reino, pero llegaría a serlo.

"DARIUS!! llegaste justo los guardias estaban empezando a sospechar" Thomas tenía la frente cubierta de sudor, pero dio un suspiro de alivio al ver regresar a Darius.

"cállate y dame mi helado quiero quitarme el mal sabor de boca" Darius estaba de mal humor al no poder quitarse la visión de la entrepierna de Sylvia de la mente.

No tenía que haber mirado pero la curiosidad lo mato.