Soy madre.
Decirlo se siente extraño si alguien me hubiera dicho que terminaría así hace algunos años no le creería.
Pero la vida va por caminos que a veces no esperamos.
No me arrepiento de las decisiones que tome en mi vida.
Porque son esas mismas decisiones que me llevaron a donde estoy hoy.
Recuerdo cuando era niña y le pregunte a mi padre que esperaba que fuera cuando creciera.
"una mujer" su voz siempre ronca y pesada.
Mi padre no era un hombre de muchas palabras.
Pero lo que me dijo me marco.
¿Era eso lo que la gente esperaba de mí? era eso lo que esperaban que fuera?
Solo una mujer.
Mi madre termino sufriendo problemas de estrés al cuidarme a mí y a mis hermanos.
Yo no quería terminar así.
E hice todo lo que pude para no terminar siendo tan solo "una mujer"
Yo podía ser más que eso.
Mucho más.
Y así lo hice por muchos años luchando por hacerme un nombre.
Conocí a muchas personas durante mi vida.
Algunas que solo me querían por mi cuerpo.
Otras por mi fortuna o mi apellido, pero todos ellos eran solo eso.
Solo otra persona más.
Hubo algunos que se acercaron a mí con buenas intenciones y sentimientos puros, pero siempre sentí que les faltaba algo.
Algo que con el tiempo aprendí que era.
Unas ganas de ser más de lo que la gente espera de ellos.
Ese sentimiento de querer superar las expectativas de todos a tu alrededor.
Pero la gente así no lograba llegar muy lejos o se terminaba perdiendo en el camino.
Esto fue así durante mucho tiempo hasta que conocí a alguien que era más que solo una persona.
Raúl Ingram.
¿Un Ingram? cuando lo escuche pensé que era como el resto de personas que se escondían detrás de un nombre poderoso.
Pero me termino demostrando que él podría ser más que eso.
Era un hombre que no se conformaba con tener todas las comodidades que una persona podía querer.
Él quería más.
Esa ambición fue lo que me capturo al primer momento.
Recuerdo esa batalla contra el reino oro negro.
Yo me encontraba contrabandeando mercancías y armas a los dos grupos armados.
Una acción bastante arriesgada pero muy lucrativa.
Dinero que utilice para hacer crecer mi influencia.
Pero al parecer no fui tan inteligente como pensaba y la gente del reino oro negro sabían todo el tiempo lo que estaba haciendo y probablemente el reino de Antilea igual.
Pero los primeros en confrontarme fue la gente del reino oro negro que querían utilizarme para colarse en una base muy importante del reino de Antilea.
Desde el momento que me hablaron de este plan sabía que estaba condenada.
Cualquier decisión que tomara me terminarían matando.
Para no dejar cabos sueltos o simplemente para callarme.
Estaba realmente jodida.
Las cosas no terminaron bien y todo lo que había construido se derrumbó con solo un soplido de los verdaderos "fuertes"
Años de esfuerzo se vieron enterrados bajo los cadáveres de mis camaradas.
Y yo iba a ser la siguiente.
Me habían secuestrado para interrogarme, pero sabía que eso era solo una fachada para torturarme hasta la muerte y de paso sacar la máxima información posible, pero eso era secundario.
Sabía de primera mano que estos supuestos interrogatorios eran una farsa.
Ya había aceptado mi destino.
Al final no pude llegar a ser algo más que solo "una mujer"
Ese día la caravana que me llevaba a mí y a otros a punto de ser "interrogados" se vio envuelta en una emboscada.
La gente del reino de Antilea había enviado soldados.
No era para salvarme ni nada.
Solo fue porque tuve la suerte de estar en la misma caravana que el hijo de un noble importante que había pedido el rescate.
Tan solo eso.
Un poco de suerte y mi vida cambio por completo.
El hombre a cargo de la emboscada era el joven segundo señor de la familia Ingram, Raúl Ingram.
En ese tiempo el solo era un general de un pequeño escuadrón.
Ni siquiera era el primer hijo.
Cualquiera en su lugar hubiera renunciado al poder y hubiera vivido como rey el resto de su vida.
Pero él estaba ahí.
En medio de un conflicto armado entre dos reinos.
No paso nada romántico entre nosotros en el momento ya que solo me rescataron porque por casualidad estaba en la misma caravana que buscaban.
Pero yo era una persona que no se rinde fácil y luche por lo que pensaba era lo correcto.
Pero esa ya es historia para otro momento.
Ahora mismo me encuentro acostada al lado de mi pequeño hijo.
Quien hubiera pensado que terminaría así
Pero no me arrepiento de nada.
Al final no termine siendo tan solo "una mujer"
Soy una madre.
Madre de un niño que espero logre llegar lejos en la vida.
Solo mirarle la carita de ángel que pone al dormir me da las fuerzas para aguantar el peso del mundo.
Parecía que estaba teniendo una pesadilla por la forma en que tomaba mi dedo fuertemente con su pequeña mano.
Sus pequeños ojos se empezaron a abrir, eran tan negros como la noche, tan profundos y vacíos pero llenos de algo que todavía no logro comprender me miran con su mirada desenfocada.
Parecía que no había despertado bien todavía.
"mhh..." estira su pequeño cuerpo al despertar.
La luz de la ventana cae directamente a sus ojos.
"mira quien se despierta tarde" ya era tarde para despertar, pero hoy es mi día libre por lo que no pasa nada por estar un poco más en la cama.
"hmm mha...mama?" su voz de bebe podía atravesar mi alma.
"t-TU ACABAS DE DECIR MAMA? HMMM JAJAJA LA PRIMERA PALABRA DE DARIUS ES MAMA!!" no podía creerlo.
Ese bebe gruñón que peleaba con todos.
Ya hacía tiempo que debería haber dicho su primera palabra, pero no la dijo hasta hoy.
De la nada.
Pero por que aún me hace tan feliz que me diga mama con su dulce voz.
No pude evitar gritar de la felicidad.
Mis gritos parecían haberlo despertado completamente.
Me mira con confusión durante unos segundos antes de mostrarme la sonrisa más hermosa que he visto.
Ese momento quedara para siempre en mi corazón.