Lucas quiso rechazar la llamada al principio, pero tras pensarlo un poco, la contestó y la puso en altavoz.
Pronto, la voz de Michael resonó. —Lucas, he estado llamando a Jace, pero no logro contactarlo. Creo que no quiere contestar. Probablemente me haya bloqueado. Te lo suplico. No lo mates, ¿de acuerdo?
—Pase lo que pase, él también es mi hijo. ¡No quiero ver a ustedes hermanos matándose entre sí! Lucas, sé que no soy digno de ser tu padre, pero aun así quiero pedírtelo. Con tal de que estés dispuesto a perdonarle la vida, ¡cumpliré todos tus deseos! Incluso si ahora quieres matarme, puedes tomar mi vida cuando quieras.
La voz de Michael estaba llena de ansiedad y preocupación.
De repente, Lucas se sintió extremadamente agraviado y enfurecido.
¡Este hombre era su padre!