¡Esperé! - Carlos salió corriendo en la dirección de Gabriel, ya que no le había dicho la dirección donde son las clases.
Pero cuando Carlos llegó denuevo al mercado ya no encuentro a Gabriel, solo vió a Roberto y los demás chicos levantando las mesas y los productos que tiraron.
Mejor aprovechó para irme. - Carlos salió corriendo a su casa.
{Maldito Carlos me las vas a pagar} - Pensó Roberto mientras veía como se iba Carlos.
–– Media hora Después ––
Carlos estaba en su habitación pensando en lo que había sucedido ese día mientras veía la tarjeta que le había entregado Gabriel, al observar mejor Carlos se dió cuenta de que había una dirección. Cómo vió que estaba cerca decidió ir.
(Calle 23, Colonia Valle Rojo, cerca del supermercado "Luz resplandeciente")
Bueno, la dirección dice que es aquí. - Carlos estuvo enfrente de un edificio.
Cuando Carlos entro al edificio se acercó a una recepcionista para preguntarle si estaba el Maestro de artes marciales Gabriel Monroy.
Pero la recepcionista solo le pidió que se sentará y le dijo que llamaría al Gerente del Hotel para que hablara con Carlos.
— Una Hora Después —
Hola, ¿Tu eres el Jovencito que pregunta por Gabriel? - Un hombre de mediana edad de la misma complexión que Gabriel se acercó a Carlos.
Si, yo soy, está aquí. - Carlos se levantó entusiasmado.
No, no está aquí, Gabriel está en el edificio de allá. - El Gerente guío a Carlos hasta la salida y al final le mostró el edificio correcto.
Carlos se dirigío al edificio, cruzando la calle para quedar enfrente de este, pero no puedo disimular su impresión ya que el edificio parecía abandonado y desgastado a comparación del edificio anterior que estaba limpio, pintando y bien decorado.
{Espero que no me roben un riñón} - Fue lo que Carlos pensó al ver el edificio por primera vez, pero decidió no guiarse por las apariencias y tocó la puerta desgastada.
De repente escucho un chirrido y salió Gabriel con su mirada asesina petrificando a Carlos.
¡Ah! Chico al final si veniste, no creí que averiguarias la dirección, bueno entra. - Gabriel abrió más la puerta para que Carlos pudiera entrar.
Carlos entro nervioso, Pero cuando vio el interior se sorprendió ya que estaba más limpia y decorada que el exterior.
¡Chico cierra la puerta, por favor! - Gritó Gabriel mientras se dirigía a la cocina.
Carlos cerró la puerta y se dirigió a la sala sentándose en el sillón del centro.