Chereads / Fukaina - Anata no Kouji / Chapter 5 - Capítulo 5: Los secretos del pasado

Chapter 5 - Capítulo 5: Los secretos del pasado

Artur: ¿Alguien me oye?

Merly: ¿Qué? ¿Tú… tú también? *Era aquel que alguna vez se fue y nunca volvió*

Artur: ¿Merly estás ahí, eres tú Merly?

Merly: -Llora- Maldito monstruo, eres cruel… eres repugnante.

Artur: Merly, al fin… sabía que eras tú. ¿Por favor podrías decirme...?

Merly: Cállate… Cállate, por favor.

Artur: ¿Podrías decirme… si tu hermana está contigo?

Merly: —funge el ceño— ¿Qué? *Realmente se veía confundida.*

Dionisio: JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA, JA

Cosa: Ji, ji, ji… ¿Pensaste que preguntaría por ti o por tu hija?

Artur: ¿Dónde? ¿Dónde Está Linnethe? ¿Está contigo? ¿Está bien? * Quedó paralizada, mi hermana solo estaba intentando analizar la información entrante. Ella sabía, lo sabía… sabía que él no era Artur; sin embargo, no podía soltar el dolor de saber que lo primero que le importaba saber a él, a quien alguna vez amó con todo su ser, era su hermana y no ella, no su hija, sino su querida hermana.*

Merly: ¡¿y tu hija?! ¡¿Y yo?! ¿¡Nunca fuimos lo más preciado para ti!? ¡¿No decías que yo era lo más hermoso que viste entre todos tus viajes?!... ¿No era yo por quien te quedaste aquí, porque ya no necesitabas buscar el más bello paisaje? *Ella estaba muy molesta, enfurecida, dolida. Tantas frases, poemas y promesas no cumplidas, aún arrastraba dentro de ella misma.* 

Artur: ¡Joder, no! —Tono burlón— ¿En serio creíste todas esas palabras? ¿Crees que eres lo más bello? ¡Dios! ¡Hasta donde puede llegar tu egocentrismo! ¿En serio crees que me quedaría con alguien que piensa que merece todo por el simple hecho de ser bonita? Mierda, eres insoportable. ¿En serio, en serio pensaste que te dedicaba esos poemas desde mi corazón? Solo quería saber que podía tenerte y cuando lo hice dejaste de tener valor, porque lo único valioso que tenías para mí, era tu cuerpo. En cambio, tu hermana… Ella me enseñó cosas que tú nunca podrías haber hecho. Ella era lista y atenta, me entendía mejor que nadie y al conversar hablábamos por horas; ella me conocía mejor que tú ¿Acaso sabes a qué países fui? ¿Las aventuras que tuve, los lugares de los que hui, los rincones que exploré y las reliquias que te mostré? ¿Acaso sabes lo que significaban para mí? *Mi hermana solo escuchaba atónita*

Artur: ¡Claro que no, porque siempre hablabas de ti, exponías lo que tú querías hacer y lo que querías que te diera de mí! Eres petulante, arrogante, soberbia y lo peor... crees merecer lo mejor dando miserias, pero tan solo eres insignificante.

Merly: —Avergonzada— ¿Qué...? ¿Qué dices? *No podía argumentar nada... solo me quedé callado mientras veía cómo deshonraban a mi hermana. Tampoco sabía qué argumentar, yo era ajeno a la información de su relación con ese hombre. Lo único que sabía era lo mínimo.*

Linnethe: —Mira a Merly— *Mientras veía a mi hermana, vi que mi otra hermana dirigía la vista a Merly... Debió jugarme una mala pasada mi visión; porque, la vi sonreír.* 

Artur: No, no te hagas la víctima, por favor, que me causas más asco. Por otro lado... —Mira a Nina con desprecio— No me hables de esa niña; esa hija bastarda es tan insignificante para mí como tú. En cambio, Linnethe… ooohh Linnethe, aún recuerdo su piel, sus muslos y piernas sobre mis hombros y cómo gemía. Aunque pareciera tan pura por fuera, era una zorra y eso me encantaba. Ella se movía como si me pidie…

Linnethe: ¡¡CÁLLATE!! ¡Eso no es verdad! ¡Mentiroso, eso nunca pasó! —Mirando a todos los demás presentes— ¡Yo aún sigo siendo virgen! *Merly la miró, pensó por un momento que su hermana la protegería, pero Linnethe prefirió abogar con mayor prioridad por su pureza. Mi hermana se sintió sola, el estrés estaba acabando con ella, ella quería morir.*

Nina: Mami… maaamiii -Llora- *Nina que estaba dormida se despertó por el ruido*

Aldred: ¿Qué es esto? *Era un show: un show maquiavélico, diseñado por un ser macabro para quebrar el corazón de sus participantes, pero no acabaría allí.*

Linnethe: —Avergonzada— Por favor, no me miren *Los demás solo se habían quedado inmóviles escuchando la escena, mientras cada miembro de mi familia trataba de lidiar con su propio tormento.*

Yamil: Ven conmigo, debemos alejarnos de aquí. *Yamil, una de las amigas de Linnethe, una buena chica.*

Dionisio: Yami, Yami, Yami. ¿Qué haces? ¿No te da asco tocar a una impura? O es que acaso ¿Piensas escapar tú también?

Yamil: —Furiosa— ¡Cállate, no hay nada que puedas decir que me haga perder la razón! Yo soy buena y nunca hice algo malo, todos saben que no dañaría a nadie. *Era verdad, no lo decía por presumir. Yamil, venía de una casta adinerada; sin embargo, contrario a lo que suele pensar, ella era una chica que ayudaba a todos con sus problemas y lo hacía sin pedir nada a cambio.*

Dionisio: Yami, Yami, Yami. ¿No lo entiendes aún, verdad? ¿O quieres que te lo diga el mismo Darlo? *Yamil que se encontraba llevando a Linnethe lejos de la puerta, rápidamente volteó la mirada hacia ella.*

Yamil: —Abre la boca— No… no, no él. *Otra vez, el mismo sonido asqueroso de ese maldito monstruo —Vómito—.*

Darlo: ¿Qué? ¿Dónde estoy? *Yamil dejó de agarrar a mi hermana para dirigir su cuerpo hacia la puerta.*

Komi: —Con voz baja— ¿Hermano…? *Komi que yacía callada por un buen rato, por fin había reaccionado.*

Yamil: ¿Mi…? No —Solloza— ¿Por qué? Prometiste volver.

Darlo: ¿Mi pequeña flor, eres tú?

Yamil: Soy yo… noo, mi amor ¿Por qué no volviste?

Darlo: ¿Qué dices pequeña flor? Aquí estoy… ¿Dónde está mi hermana? ¿Quiero hablar con ella?

Yamil: Yo… yo —Mira a su alrededor sin lograr ver a Komi— No, no pude encontrarla, entonces…

Darlo: ¡¿Qué?! ¡No está contigo! ¡Te dije que la cuidaras! ¡Sabes que ella es lo más preciado para mí! ¡Sabías todo eso y, aun así, la dejaste por su cuenta!

Yamil: No, no… yo, no pude encontrarla… lo lamento, yo solo…

Darlo: ¡Cállate! ¡Te pedí que la cuidaras con tu vida!

Komi: Hermano...

Darlo: —Cambia de tono bruscamente— Mi pequeño tulipán ¿Estás bien? ¿Te encuentras sana?

Yamil: —Sorprendida y llorando— —Mira a Komi— Komi... *El intenso suceso no dejaba pensar a Yamil.*

Komi: Hermano... —llora— ¡Hermano…!

Darlo: Yamil… pensé que podía confiar en ti, pensé que eras diferente a todos los demás, pero eres solo un fraude. De tanto exclamar "me siento sola", ahora lo estás. *Como dije: Darlo y Komi habían perdido a sus padres por una peste. Su madre y su padre fueron grandes comerciantes que protegían el pueblo. Después de sus muertes, todos sus bienes pasaron a otro mercader por las leyes de contratistas. Su familia había hecho un préstamo para comprar unos bienes y luego venderlos, pero al morir dichos bienes habían estado perdiendo valor. Por otro lado, Darlo solo tenía catorce y tenía que cuidar de Komi que tenía solo siete; además, no sabía sobre el préstamo de sus padres, por lo que cuando llegó el día de cobro lo perdieron todo. Ya que eran una familia muy querida, el pueblo ayudó en lo que pudo, pero no fue sencillo, pues todos se estaban recuperando de la peste. Darlo, tuvo que trabajar y dejar a un lado su juventud, por lo que se volvió una persona fría, cerrada y de duro corazón, casi nunca sonreía. Sin embargo, era amable con todos y amaba a su hermana; para él ella era su mundo. Algunos años después, cuando conoció a Yamil, empezó a abrirse más con todos. No sé mucho sobre ellos, pero estoy seguro de que a Yamil le costó mucho poder lograr que Darlo se abriera a ella. Entiendo que después de que Darlo dijera esas palabras… ella se desbordara; porque, Yamil no tenía a nadie más que a Darlo. Ella, aunque de familia adinerada, era huérfana y con personas por todos lados en quienes no podía confiar, pero a diferencia de él, no tuvo que pasar por hambre. Darlo era el único que comprendía cómo se sentía ella, quizá fue esa la razón, por la que se intrigó por él.*

Komi: Basta hermano, basta, no digas eso. No fue así, yo salí de casa a buscarte, pero no me dejaron salir del pueblo, así que empecé a ayudar a los demás a mejorar los muros. Yamil seguro me buscó en la casa, pero no me encontró. *Yamil, miró hacia arriba con un gesto de esperanza en Komi a quien apreciaba con su corazón*

Darlo: Es solo una excusa, un pretexto. ¡Ya te he dicho Komi que no juzgues a una persona, si no es por sus resultados! ¡Ella pudo haber seguido buscando, pero veo que no, ahora estoy seguro de que lo más preciado para ella no somos nosotros…!

Komi: Deja de ser tan cruel, tú no eres así. Además, el pueblo también necesitaba ayuda, ella solo no tenía opción.

Darlo: ¡Silencio! ¡Tú qué sabes sobre las opciones! ¡Ella qué sabe sobre no tenerlas! Siempre tuvo lo que quiso cuando quería. ¿Por qué la proteges ahora? ¿No recuerdas cuando la detestabas por tener que comer frijoles mientras ella comía carne? ¿No sentías envidia de que ella se vistiera con ropas bonitas, mientras tu suerte ya estaba escrita? ¿Acaso olvidaste cómo sufrí por llevarte comida mientras los demás en el pueblo comían en sus casas llenas de calor y risas? Komi, ¿Has olvidado cuando te enfermaste? No te has preguntado "¿Cómo consiguió curarme?" Cuando yo nunca pude pagar la medicina… Yo tuve que hacer algo por ti. 

Yamil: ¡Basta Darlo, Cállate!

Komi: he… *Komi solo estaba tan confundida como todos alrededor*

Darlo: Lo lamento por ella, pero era ella o tú Komi. Yo sí, no tenía opción… ¿Recuerdas a tu amiga Sofi? Aquella chica mayor que tú. *Sofi, era una señorita alrededor de la edad de Darlo, con unos 16 años cuando Komi tenía 10, la cual pasaba tiempo con Komi hasta que desapareció*

Aldred: ¿De qué está hablando? *Además, ella era hija de Aldred*

Darlo: Fui por ayuda, porque no teníamos dinero, pero nadie me la entregó. No tenía más alternativa que salir del pueblo mientras te dejaba al cuidado de los Jhener, corrí desesperado hasta que una mujer se apiadó de mí y me llevó con un conde. Él me hizo una propuesta... tenía que entregarle algo, si yo se la llevaba él me daría la medicina. Solo que ese algo era Sofi... por lo que la convencí con engaños y la secuestré, se la entregué al señor y él me dio la medicina jajajajaja, así de simple.

Yamil: ¡No! ¡Eso no es verdad!

Aldred: ¿Qué estás diciendo? ¡¿Qué acabas de decir Darlo?!

Yamil: No Aldred, No fue realmente así. Ese no es Darlo, no está diciendo toda la verdad, está ocultando partes.

Aldred: Yamil… ¿¡Tú sabías de esto!?

Yamil: No, Aldred no lo entiendes.

Aldred: ¡Entonces dime que no es culpa de Darlo que muriera! *Aldred estaba furioso, se le notaban los ojos salidos y las cejas todas pobladas, fruncidas.*

Yamil: Aldred no… es que… no lo entiendes, yo… él no quería…

Komi: —Mira a Yamil— ¿Es cierto? —Frunce el ceño con tristeza—

Yamil: —La mira sin saber qué decir— No fue así...

Darlo: No soy la persona pura que pensabas hermanita. Yo también soy humano.

Dionisio: ¿No entiendes Komi? Si estuvieras muerta, Darlo no habría tenido que hacer eso.

Artur: Eres la razón por la que Darlo se ensuciara las manos.

Cosa: ji, ji, ji… eres tan solo una carga para él. *Komi se tapó la boca mientras se perdía en sus pensamientos, entendía el porqué lo hacía. Realmente se sentía culpable, aunque no era caprichosa, ella le pedía a Darlo cosas que eran imposibles y durante el tiempo que Darlo la cuidó trató de darle lo poco que podía. Sin embargo, ella no lo apreciaba lo suficiente; tomando en cuenta, que Darlo hacía lo imposible por sobrevivir. Dicho todo esto: ella quería morir, al darse cuenta de que nunca apreció como debía el esfuerzo de su hermano. Por otro lado, ella siempre pensó que su hermano era el mejor del mundo, una persona íntegra a la cual admirar. Él llegó a ser uno de los pilares del pueblo y en quien se podía confiar... él era su pilar. Ahora su pilar había perdido su valía, no tenía un soporte; además, ella solo era una carga y su hermano, en este instante, se estaba volviendo su cruz.*

Aldred: ¡YAAAAMIIIIIL! —Camina directo a Yamil— —La toma del cuello— ¡Tú me quitaste al amor de mi vida Darlo… yo te quitaré la tuya!

Sadeis: ¡Espera Aldred! —Lo agarra por la espalda y se cuelga— *Sadeis, la mujer de los campos, la que les enseñaba a sembrar a los niños*

Éstefer: ¡¡¡No se queden parados, tomen a Aldred y los demás tápense los oídos!!! ¡¡Vamos hacia dentro del pueblo, aléjense de la pared!! *Éstefer, madre de Aldreuno.*

Brand: ¡CARAJO! ¡REACCIONEN! *Con el grito de Brand todos empezaron a cargar a quienes estaban en el suelo y a llevarlos hacia el centro del pueblo* 

*Sadeis y Brand tomaron a Aldred y lo derribaron antes de que matara a Yamil*

Brand: ¡Aldred reacciona! ¡No seas estúpido, si la matas por las leyes; también morirás!

Aldred: ¡Calla... cállate! Yo morí el día que encontré a mi hija sin vida.

Sadeis: ¡Aldred, primero escucha!

Aldred: ¡Cállense! ¡Déjenme tomar su vida y vengar a mi hija!

Brand: ¡Aldred esa no es la forma! ¡Escúchame, sabes que yo te entiendo, y si sigues por este camino lo único que conseguirás será más dolor!

Sadeis: Nosotros entendemos tu dolor, esta no es la forma, amigo mío. *De cierta forma era cómico*

Cosa: Ji, ji, ji… hipócritas, ji, ji, ji… 

Sadeis: -Mira a la cosa-

Brand: ¡Sadeis! No lo escuches, solo mírame; mírame y tararea nuestra canción.

Sadeis: Lalala, laaa lalalaaaa lala laaa lala.

Dionisio: ¿Qué pasa Brand, tienes miedo de que se entere de algo? ¿Quizá, de tu hijo bastardo?

Sadeis: Laaa ¿lala?

Brand: No lo escuches, lo único que quieren es desunir a todos. Están generando conflicto entre todos. Yamil lo dijo, no están diciendo la verdad.

Darlo: Corrección Brand, No estamos diciendo toda la verdad; sin embargo, mira a tu alrededor. Observa sus corazones afligidos, mira a los caídos. Ellos saben dentro de sí que lo que dijimos es más cierto de lo que saben.

Sadeis: ¿Brand?

Dionisio: ¿No quieres saber Sadeis? ¿No quieres saber por qué dejó de tocarte? Solo tienes que mirarlo, míralo Sadeis, mira a esos ojos y hazle la pregunta… tú sabes que necesitas esa respuesta.

Brand: No es así mi amor, no es verdad.

Sadeis: Brand —Entre lágrimas— —Mira a su esposo directo a los ojos- ¿Tienes un hijo bastardo? *Brand y Sadeis: esposos, tenían un hijo, el cual murió ahogado en el río por un descuido. El luto fue duro, pero siguieron juntos. Sin embargo, Sadeis nunca quiso volver a tener otro hijo por miedo a que le pasara lo mismo, nunca tendrían otro, ese fue el acuerdo. En definitiva, su vida sexual fue difícil.*

Brand: —La mira triste—No fue así. *Después de tantos años con él, Sadeis sabía cuándo Brand mentía, por lo que soltó a Aldred el cual aún estaba lleno de furia*

Brand: ¡Cúlpame, escúpeme y haz lo que quieras, pero por favor te lo ruego, no ahora!

Sadeis: ¿Cómo pudiste? —Se toma la cabeza con ambas manos y llora— ¿Cómo pudiste tener otro hijo?

Brand: Por favor, no ahora, solo déjame explicarte, pero no ahora.

Sadeis: —Molesta— Te ooodioo. *Más que odio, ella se encontraba resentida. No porque Brand la haya engañado con otra mujer, sino porque tuvo otro hijo*

Dionisio: Claro, claro… por supuesto que lo odias, pero díganme todos ¿A quién odiarían más? ¿A una persona que engañó a su esposa? O —Pausa dramática— ¿A una mujer que dejó morir a su hijo solo por distraerse, atraída por el cuerpo de otro hombre? ¿Cuál de los dos es peor escoria?

Brand: —Mira a Sadeis— ¿De qué está hablando? Sadeis... explícate.

Sadeis: —Angustiada— Está mintiendo, no le creas. *Sadeis había cambiado todo ese enojo en tan solo un segundo por miedo*

Brand: No puede ser verdad… mi hijo —Suelta a Aldred— Jaja jajaja, mi hijo… murió por tu culpa. *Brand se hizo a un lado, dejando a Aldred ponerse de pie mirando a Brand con la misma lástima que a Yamil*

Aldred: todos sois basura.

Dionisio: Por supuesto, Aldred, y eres uno de nosotros.

Aldred: cállate Dionisio.

Darlo: No te hagas el santo Aldred, que nosotros sabemos.

Artur: Nosotros sabemos.

Aldred: Mi único pecado fue no matarte yo Darlo. 

Darlo: Brand me compadezco. No me digas que no lo sabes. ¿Acaso no sabes quién fue el culpable de que Miandriu muriera? *Miandriu, el hijo fallecido de Sadeis y Brand* 

Brand: —mira desconcertado—

Dionisio: Mi amigo Aldred, quien siempre estuvo celoso de Brand por tener una mejor jerarquía, una bella esposa y un hijo fuerte. Tus celos te llevaron a conseguir algo que no podías tener. Querías su trabajo, pero eras muy tonto para ello. Asimismo, querías su talento, pero nunca fuiste tan hábil con el acero, querías un hijo y tu esposa te obsequió una bella y hermosa hija, la cual despreciaste.

Darlo: Qué cínico.

Dionisio: Eres la personificación de la escoria. Brand, ¿No quieres saber a quién miraba tu mujer mientras tu hijo se hundía en el río? ¿No quieres saber con quién platicaba tu mujer mientras tu niño pedía por ayuda con agua en los pulmones? ¿No quieres saber quién planeó quitarte la mujer y lo que obtuvo fue la satisfacción de la muerte de tu hijo?

Brand: Aldred… ¡Malditooo! ¡Te mataré!

Sadeis: ¡Noooo Brand! ¡Para!

Cosa: ji, ji, ji… ¿Quién es el monstruo ahora? *Los monstruos... quizá éramos nosotros.*