Los cielos y la tierra lloraban cuando un cultivador estaba a un paso de convertirse en Rey, y moría en el proceso.
Se decía que el cielo lloraba porque lo había visto nacer, y crecer.
La tierra lo había nutrido y protegido, sin embargo, al final este ser no logro continuar con su Dao.
Cuando la tumba de un casi Rey era abierta, el cielo brillaba, para recordar a este antiguo ser, que estaba a un solo paso de dominar toda una región.
Los cientos de familias miraron al unisonó al cielo. El Norte siempre estaba lleno de espesas nubes de nieve, las cuales no se habían apartado hace muchos años, pero ahora cuando esta tumba se empezó a abrir, el suelo retumbo, y un canto celestial se pudo escuchar.
Aunque ese canto era un poco triste, lleno de glorias y penurias.
"El canto del cielo" – Para muchos era la primera vez que lo escuchaban, era un sonido melancólico como si el cielo estuviera recordando a este ser.
Un aura se manifestó y lleno toda la tierra de vitalidad, en este mundo de frio eterno, de pronto del suelo empezó a nacer la vida. El verde ocultado por la blanca nieve, empezó a desaparecer.
"La resurrección de la vida" – Muchos que ya conocían estos eventos se sintieron igualmente sorprendidos, podían sentir una vitalidad inmensa viniendo de una tumba de un ser que podía aplastar toda una región solo con una palabra.
Adrián igualmente quedo conmovido con lo que vio, desde muy pequeño había visto la muerte a los ojos, pero ahora, podía ver la vida en su máximo esplendor.
Era un evento que sabía que quizás no volvería a ver.
A su lado Xu Wudao no parecía sorprendido, simplemente se inclino un poco a esta tumba.
"Un casi Rey, incluso en la muerte, sorprenderá a todo el mundo" – Dijo Xu Wudao.
Bai Guoer también se sorprendió de esta vista, al igual que todos los demás.
Misa simplemente frunció el ceño, a la vez que suspiro.
Mientras que los cuatro jóvenes de las cuatro familias principales se prepararon.
Fan Dao, Kura Ise, Sao Jan y Ted Sao, desataron su aura. Como progenitores de las cuatro familias, tenían abundantes recursos.
Al tener tantos recursos a su disposición, los cuatro habían logrado alcanzar el establecimiento de fundación con pilares perfectos, a la vez que todos habían encendido cuatro fuegos sagrados. Esto les permitió acceder a una fuente inigualable de poder. Elevando su fuerza hasta la etapa intermedia del establecimiento de la fundación.
Cuando todos sintieron el aura de estos cuatro se sorprendieron, tanto que dieron unos pasos hacia atrás, sabían que entre estos 4 se decidiría quien se llevaría el prestigio de esta competencia, a la vez que aumentaba sus votos por el legado.
Fan Dao se sorprendió de las auras de los demás, pensó que el sería el único en esta competencia con un cultivo en la etapa intermedia del establecimiento de la fundación.
"¡Parece que en verdad se han esforzado, lastima, esos legados serán míos!" – Hablo Fan Dao mientras su aura incrementaba exponencialmente, a la vez que varios tesoros protectores surgían de su cuerpo.
"¡Veo que has progresado en tu cultivo, pero eso no te quita lo arrogante!" – Dijo Kura Ise, mientras una espada apareció sobre su cabeza. La espada mandaba ondas antiguas, esto sorprendió a Fan Dao y puso más atención en Kura Ise.
"Vamos porque no tratan de relajarse" – Planteo Sao Jan, quien parecía estar muy relajado a la vez que fumaba de su pipa, como si no le importara mucho esta competencia.
"Si quieres puedes marcharte primero hermano Sao" – Murmuro Ted Sao, mientras la cicatriz de su ojo se ilumino incrementando levemente su aura.
Todos estos 4 elegidos estaban listos para comenzar este encuentro.
Todas las demás familias se miraron entre sí, mientras los lideres de cada familia les daban órdenes.
Muchos despertaron auras feroces, pero los mas fuertes solo estaban en el establecimiento de la fundación etapa inicial.
Entre ellos incluso había ancianos llegando al final de su vida, que se habían quedado atascados en este nivel de cultivo.
Todos sabían que cuando la tumba se abriera por completo, seria el inicio de esta competencia, y a la vez de luchar por la supervivencia. A todos ellos se les había ofrecido recompensas, y a la vez tesoros, por lo cual esta gente estaba mas que decidida a luchar por ellos, incluso si les costaba la vida.
En todo este paramo habían mas de 400 personas, listos para iniciar una guerra.
Incluso dentro de estas familias algunas regresaron a mirar como su objetivo a Misa y a sus compañeros.
Misa sabia que esto solo eran problemas. Tenia un plan el cual ya había contado a todos.
Todos los subordinados de Misa estaban preparados para completar este plan.
No venían solo hacer un paseo, en verdad Misa pensaba en participar y llevarse una parte del legado.
Cuando miro en sus objetos, de su bolsa de almacenamiento, sabia que tenia que sacar ese objeto en el momento preciso.
Cuando miro ese objeto, también miro a Adrián.
"Le pido al hermano Adrián que nos proteja" – Hablo Misa, todo este plan dependía de Adrián, y él también lo sabía, después de todo, Misa le había contado todo en el camino.
Adrián ya había aceptado esa piedra de esencia por lo cual asintió.
De pronto las auras de todos incrementaron, cuando el cielo parecía que se abriría por completo.
"¡He esperado este momento toda mi vida!"
"¡Los matare a todos, y luego reclamare mi recompensa!"
"¡Muerte a la familia Su, muerte a sus subordinados!"
Gritos se empezaron a escuchar por todo este paramo.
A la vez que la luz del cielo llegaba a iluminar con todo su esplendor.
Las cosas se estaban volviendo mas peligrosas.
Toa Shi regreso a mirar a Misa.
"Pobre será despedazada de un solo golpe, encárgate de ese chico Adrián lo dejo en tus manos, espero que el hermano de la sexta iglesia acepte estos regalos" – Hablo Toa Shi hacia una figura que estaba al lado suyo.
Esa figura asintió mientras miraba hacia Adrián.
Era un joven que no pasaba los 20 años, su aura estaba en la etapa inicial del establecimiento de la fundación, con 3 pilares con 2 grietas, y con solo 1 fuego sagrado a punto de formar el segundo fuego sagrado.
El era el enviado del primer discípulo de la sexta iglesia, había conseguido esta información de la familia Shi, había buscado muchas maneras de matar a Adrián, pero no podía hacerlo en la Santa Iglesia, había muchos ojos, solo podía esperar que se marchara, y tampoco podía matarlo tan descaradamente, tenia que hacerlo en donde las circunstancias lo ameritaban, solo así su muerte no seria castigada.
La santa Iglesia no castigaba que los discípulos se mataran entre ellos, aunque eso solo sucedía cuando los discípulos estaban dentro del mismo reino, si alguien del establecimiento de la fundación interviniera y matara a alguien menor, entonces el castigo serio extremo.
Este joven apretó los puños, mientras su aura se desataba. Planeaba termino esto hoy día.
De pronto mientras Adrián examinaba su entorno, sintió una sed de sangre proveniente de algún lugar.
Cuando se dio la vuelta no podía verlo, estaba muy lejos, pero sabía que, desde ese lugar, había alguien que lo quería matar, no sabía quién era, pero, no tenía miedo.
Simplemente espero que este ser apareciera. Quería probar su fuerza, después de todo, debía seguir refinándose el mismo. Si por alguna razón se volvía arrogante solo por tener mas fuerza que los demás, entonces ese día, estaría muerto.
Adrián lo entendía, desde que había entrado a este mundo del cultivo, si quería seguir vivo tenia que ser fuerte. La fuerza era lo único que realmente era verdadero en el mundo.
En este cielo, de pronto la luz que iluminaba este mundo se apagó.
Toda la vida que antes había estado acumulándose se pudrió en un instante, y un maremoto de aura de muerte escapo de la tumba. A la vez que varias entidades, bestias, y animales mutados, y seres malditos empezaron a levantarse de esta tumba.
Levantando un aura de pudedundre, y haciendo temblar a todos los seres vivientes, estos seres no permitirían que nadie entrara a la tumba.
Sin embargo, cuando los cuatro vieron a estos seres inmediatamente, saltaron y desaparecieron en el aire.
La competencia había comenzado.