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Chapter 99 - CAPITULO 99: EL VIENTO SOPLA MUY FUERTE DESDE EL NORTE

El cielo se llenó de vida cuando un casi Rey nacía, pero cuando moría era recordado, y cuando su tumba se abría la muerte lo seguía.

Todos estos seres malditos, se llenaron de sustancias anómalas que pudrieron todo a su paso.

Eran seres corruptos por la energía mundana y contaminada del medio ambiente. A la vez que eran seres lamentables, quienes solo estaban siendo controlados por la tumba.

Cuando todos estos seres salieron.

Todos sabían que era el momento.

Adrián lo supo, el primer evento de esta tumba era recolectar el mayor número de almas de estos seres malditos. Malditos en vida, malditos en la muerte, pero aun tenían alma.

Por lo cual el primer evento era recolectar el mayor numero posible para abrir la puerta al segundo nivel.

Nadie impidió que los lideres de las cuatro familias principales aprovecharan esta oportunidad y se desvanecieran para acabar con cientos de estos seres malditos Ninguno se molestó en esquivar todos sus tesoros eliminaban estas sustancias mientras se abrían paso a través de esta tumba.

Sus pilares retumbaron y quemaron con su fuego sagrado, el cual envolvió a múltiples bestias haciéndolos explotar en el proceso.

Ninguno perdió velocidad mientras se adentraban hacia la tumba del Casi Rey.

Adrián miro como varios seres del establecimiento de la fundación seguían a los lideres de las cuatro familias principales.

Seguidos de ellos varias familias mas se aventuran y se adentraron, todos tenían un objetivo en común y era matar a estas bestias. Todas las almas se reunían en un pedazo de cristal negro.

Todas estas familias estaban compitiendo entre sí, por lo cual no importaba si se robaban entre ellos.

Adrián miro el cristal en la mano de Misa, era un cristal que debía llenarse con 50 mil de estas almas malditas. Solo así uno tendría derecho a participar en el segundo nivel de este evento.

"Las almas están contadas" – Fue lo que dijo Adrián, a la vez que también observo con sus ojos del diablo celestial lo cual hizo que varios de estos seres malditos se autodestruyeran antes de atacarlo. Sus ojos podían como la muerte envolvía todo este lugar, a la vez que un resentimiento y un odio profundo se elevaba hacia el cielo.

"Solo hay un total de 200 mil almas, jajajaja, solo cuatro familias podrán entrar en el próximo nivel, esos ancianos bastardos sí que están planeando muy rápido" – Dijo Xu Wudao, mientras asentía a lo que decía Adrián.

Todos empezaron a adentrarse mientras mas de estos seres malditos aparecían.

Todos estaban haciendo su mejor esfuerzo para matar a todos estos seres.

Misa también conocía las trabas que los ancianos colocarían en este evento.

Hubo demasiadas alianzas para ayudar a los 4 lideres de las familias principales a alcanzar el siguiente nivel.

Incluso hubo peleas por las almas de estas maldiciones.

Adrián pudo ver en estas personas un contraste muy diferente a lo que fue, cuando vivía solo.

"Pase la mayor parte de mi tiempo enfrentando a los seres malditos, casi muero en dos ocasiones, y ahora son usados como material para una familia" – Adrián solo pudo suspirar.

Sabia que por la condición de su mascara del diablo celestial, estos seres que estaban siendo controlados para atacarlo, se autodestruían antes de querer tocarlo.

En sus ojos a pesar de que la muerte los invadía, solo había adoración y un intenso deseo de sumisión.

Adrián aun no sabia nada sobre su mascara del diablo celestial, simplemente era como un mundo aparte.

Sin embargo, Adrián empezó a notar algo cuando se volvió mas fuerte.

Cuando alzo su mirada y observo a estos seres malditos aparte de la intensa lealtad que parecían querer demostrarle, también pudo observar que su sombra los deseaba.

No era ningún ser dentro suyo, ni tampoco algo provocado por el, era su mascara del Diablo Celestial que de pronto quería absorberlos.

Adrián había visto a su sombra moverse en su sueño, se transformó en algo que devoro todo el mundo, a la vez que le mostro el siguiente hechizo, algo que aún no había usado, ni tampoco quería usar con tantos ojos viéndolo.

"Vida" – No sabía, que efecto tendría este hechizo, su sueño solo le mostraba que podía hacer, pero había diferencias, incluso cuando uso "¡VERDAD ABSOLUTA!" en su sueño todo un mundo se transformaba en seres leales hacia su persona.

Pero no sabía que efecto tendría "Vida" en este mundo.

Sin embargo, al ver a estos seres malditos, podía observar que su sombra y la máscara del diablo celestial los deseaban.

Era un instinto.

"Tenemos que avanzar nosotros también, hermano Adrián espero que puedas protegernos, esta vez iniciaremos e iremos con todo" – Misa hablo al ver que ya todos entraron hacia la tumba.

Misa había charlado su plan con todos en el carruaje, Adrián no lo puso mucha atención, estaba aquí por cumplir su promesa, pero también para ayudar a Xu Wudao, quien parecía tener siempre una misteriosa sonrisa.

Misa al decir esas palabras, de pronto movió su mano y saco un cristal templado, el cual se expandió debajo de sus pies abarcando todo este espacio.

A la vez que un aura impactante sobresalía de todo este cubo.

"Hm, los Cubos Prístinos de la familia Su siempre me parecieron curiosos, ustedes los venden en masa, pero este es un poco diferente de los demás, parece que en verdad vas en serio, señorita Misa"- Esta era la primera vez que Xu Wudao le decía algo a Misa directamente.

Misa no se sorprendió que Xu Wudao conociera el arte de su familia, después de todo su familia se especializaba en artes de protección. No eran buenos peleando, pero si protegiéndose.

Pero, aun así, varios integrantes de su familia habían muerto, Misa siempre suponía que los rencores de las demás familias habían avivado esta chispa hasta que exploto al inicio de la guerra. Solo que nunca podría decir nada.

No era fuerte, era débil, y solo podía obedecer.

"Le agradezco sus palabras hermano Xu Wudao, ahora comencemos"

"Espera" – Antes de que Misa pudiera continuar, Adrián se acerco hacia ella y le extendió la mano.

"¿Sucede algo hermano Adrián?" – Pregunto Misa un poco confundida. 

"Dame ese cristal" – Adrián idea algo, que podría usar, pero necesitaba el cristal que absorbía las almas de los seres malditos, hasta este momento solo había 10 almas malditas.

10/50000

"¿Eh? Claro" – Misa no pregunto mucho, simplemente se lo entrego, no quería tener más líos con Adrián.

Ahora que casi era su única esperanza para poder seguir avanzando, tenia que hacer todo lo que él le decía.

Ana miro esto frunciendo los ceños.

"Gracias"

Después de decir esas palabras, Misa estuvo un poco confundida, el gracias que le dio, sonó un muy verdadero, después de tantas veces que le decía. Te odio, esas palabras cayeron como agua en su cabeza. Aunque antes se dio unos golpes, no debía de seguir pensando en eso, y empezó a mover sus manos y a controlar el Cubo Prístino.

"¡Vamos!" – Misa controlo sus pensamientos, mientras Adrián arrojo el cubo a su sombra.

Tenia una idea un poco descarada, la sombra engullo su cristal, como si los estuviera saboreando, a la vez que los seres malditos se regocijaban.

"Vida" – Adrián siguió pensando mucho en esa palabra.

Creyó que, aunque había muchos ojos mirándolo, podía ese hechizo de alguna forma. Confiaba en que su mascara del diablo celestial lo ocultara incluso de la visión de los ancianos que estaban mirando este evento.

Misa sabia que todo esto seria observado por los ancianos de todas las familias, Adrián entendía este entendimiento, y conocía porque lo hacían.

Pero no se quiso meter con ellos. Xu Wudao cuando miro la tumba era como si estuviera mirando una mina, pero no de oro, si no de secretos.

Su mirada mostraba un deseo por cualquier cosa que estaba buscando.

Misa controlo el Cubo Pristino e ingreso hacia la tumba a una velocidad impresionante, se abrió paso por un camino oscuro como la noche, en este lugar había paredes hechas con finos materiales, pero parecía que estos materiales habían perdido su brillo y estaban contaminados.

El ambiente se sentía sombrío, y el aire espeso, como si la contaminación hubiera invadido todo este lugar.

Era común ver a bestias malditas, y a otros seres de la condensación del Qi luchando contra estas bestias.

Algunos no podían contra estos seres y eran contaminados, muriendo en el proceso.

Bai Guoer miraba con lastima este suceso, algunas eran chicas jóvenes que tenían cicatrices en el cuerpo, cuando luchaban contra estas bestias y estaban a punto de ser contaminadas, preferían autodestruirse llevándose consigo a la bestia maldita, y su alma volaba de regreso a un ser del establecimiento de la fundación que veía todo esto desde el aire.

No les importaba que Misa pasara por este lugar siempre que no interfirieran.

"La vida de un carroñero, realmente esa podría haber sido yo" – Comento Bai Guoer, ver a tales personas le recordaba cuando aún vivía con sus padres.

Recordando un poco el pasado, siempre estaría agradecida con sus padres, pero a la vez también estaría agradecido con su hermano mayor. Él le había enseñado muchas cosas, a la vez que lo había cuidado en múltiples ocasiones.

Realmente creía que mientras estuviera con su hermano mayor no debía preocuparse por nada, pero ella también había crecido, sabia que debía hacerse más fuerte, no quería ser una carga, por lo cual, apretó su puño, en este lugar podría crecer.

 Misa controlo todo lo que pudo el cubo prístino, mientras viajaban a gran velocidad.

Cuando paso por un punto cercano, un ser del decimo nivel de la condensación del Qi estaba en este lugar esperando que Misa apareciera.

Cuando los vio, rápidamente aplasto una perla.

Inmediatamente en otro lado, Toa Shi quien estaba custodiada por varios señores del establecimiento de la fundación, a la vez que en este lugar era donde se asesinaba a más seres malditos.

De pronto recibió la señal.

Miro hacia atrás a un joven que estaba sentado, sin embargo, su aura parecía estremecer todo este ambiente, ninguno de los que estaba en este lugar aparte de los cuatro lideres de las familias principales podían igualarlo.

Parecía que con solo abrir sus ojos todos en este lugar morirían.

Pero no estaba aquí para entrometerse en los asuntos de estas familias.

Solo estaba aquí por algo más, una misión.

Toa Shi se acerco respetuosamente hacia este ser.

"Me complace informarle al Pilar Derecho que Adrián está en camino, y parece que se están dirigiendo al punto norte de esta tumba"

Cuando Toa Shi hablo, y le entrego la información, de pronto este ser abrió los ojos cuando lo hizo todo este lugar se estremeció, incluso los seres del establecimiento de la fundación dieron un paso hacia atrás. 

"Cumpliré con tu parte del trato" – Fue lo que dijo este ser antes de desaparecer.

Cuando Toa Shi escucho esto, solo sonrió.

"Misa, o Misa, realmente has hecho enojar a alguien que jamás debías enojar, bueno, que se puede esperar de la familia Su"

Después de decir estas palabras siguió moviendo a sus tropas, mientras los demás mataban ella solo se encargaba de absorber tantas almas como podía.

Ese ser del establecimiento de la fundación avanzo como una flecha surcando por toda esta tumba, parecía un arcoíris, y cuando un ser maldito se le atravesaba simplemente explotaba sin poder resistir ni siquiera un golpe suyo.

"Esta vez, te matare Adrián" – Dijo el Pilar Derecho antes de avanzar a una velocidad asombrosa.

Adrián quien estaba aun alejado a decenas de kilómetros, quien pensaba como solucionar el problema de su sombra, a la vez que pensaba en como usar el hechizo "Vida"

De pronto sintió como si algo se acercara miro hacia una dirección, y sintió una sorpresiva sed de sangre.

Al ver esta sed de sangre Adrián sabia que alguien venia por él, estaba dirigido solo a su persona.

"Ya era hora de que aparecieras" – Dijo Adrián, anteriormente pudo notar que alguien lo estaba viendo en el barco de la familia Shi, ahora parecer que por fin se estaba revelando.

Esto hizo que el aura de Adrián se sobresaltara, estaba listo, quería comprobar como había crecido, quería probar su espada, quería ver cuál era su límite.

No era un loco de las peleas, pero si alguien intentaba tomar su vida, debía pagar un precio.

Adrián lo esperaba, mientras que el Pilar derecho ansiaba matarlo.