Pero después de haber obtenido, el arte de cultivo, la niebla purpura había desaparecido.
No pensó que la encontraría nuevamente en este lugar.
Después de que la anormalidad caminara por dos horas. Llegaron a las afueras del norte de la ciudad.
Parecía que este lugar antes era considerado como la sede de una poderosa secta, por lo cual había cultivado muchos jardines espirituales, pero con el paso del tiempo todo eso quedo en el olvido, ahora solo se podían ver algunas pequeñas plantas, que servían para fabricar algunas píldoras de bajo nivel.
"Detente" – Cuando Adrián hablo, la anormalidad, se detuvo, luego acerco su mano hacia Adrián, como si pudiera entenderlo.
Después de que Adrián bajara de la anormalidad, miro hacia la niebla purpura.
Por alguna razón solo estaba en el norte de la ciudad.
Pero también, no había ninguna anormalidad dentro de la niebla purpura.
Adrián sabia lo temible que esta niebla podía llegar a ser.
Pero ahora simplemente decidió dar un paso hacia adelante. La anormalidad detrás suyo soltó un rugido espeluznante hacia la niebla purpura, como si lo estuviera amenazando.
Sin embargo, cuando Adrián toco la niebla purpura, la niebla se apartó.
La niebla purpura no tenia miedo a las anormalidades, pero cuando sintió el aura de Adrián, tuvo miedo, era como su instinto, el cual le obligaba a retroceder, incluso si no conocía a su oponente.
Eso fue porque casi había desaparecido, por enfrentarse al cadáver de la secta donde Adrián consiguió su técnica de cultivo.
Ese miedo quedo impreso por todo su ser.
Por lo cual permitió que Adrián entrara, sin que la niebla pudiera tocarle.
"Gracias por traerme hasta acá" – Después de agradecer a la anormalidad, Adrián entro al lado norte de la ciudad.
La anormalidad maldita, simplemente se inclinó, antes de empezar a caminar de regreso con sus otros hermanos.
Adrián no sabía que era lo que le esperaba, pero tenia que conseguir las plantas para el boticario Gu era la única forma de morir cultivando. Cuando atravesó al tercer nivel de la condensación del Qi, nuevamente partes de su cuerpo se pusieron purpuras. Es por eso, que a pesar de que tenia la oportunidad de avanzar a pasos agigantados en su cultivo.
Se detuvo, podría morir si era demasiado codicioso.
La parte norte de la ciudad, era muy grande, a la vez, que ningún tesoro de baja calidad podría funcionar para dar un poco de visibilidad.
La densidad de la niebla era tal, que muchos habían perecido, muchos sonidos de masticamiento sonaba por todos lados. A la vez que algunos gritos escalofriantes se escuchaban por a lo lejos.
Sin embargo, en medio de todos esos gritos, una pareja corría desesperadamente, mientras lanzaban varios ataques de espada hacia la niebla purpura.
"¡No tenemos más opción que escondernos!" – El hombre grito fuertemente mientras desataba una poderosa habilidad, haciendo que su espada se dividiera y formara una barrera de energía.
La pareja al ver que ganaron un minuto de ventaja, logrando meterse a una casa en ruinas, antes de entrar hacia el sótano.
Ambos tiraron varios sellos hacia la puerta, y hacia todo el lugar, para que la niebla no entrara.
Logrando por el momento escapar de ser comidos.
"Buagh"
"¡Estas bien querido!" – La mujer se acerco apresuradamente, mirando como el aura de su esposo disminuía a cada momento. Soltar tal técnica, era en verdad agotador para el cuerpo.
"Estábamos tan cerca de poder conseguirlas"- Dijo el esposo mientras una mirada de resignación apareció en su rostro.
La mujer también bajo un poco la cabeza, habían logrado encontrar las plantas, pero cuando las iban a conseguir, la niebla los descubrió y empezó a perseguirlos furtivamente.
"Quizá aun podamos cambiarlas por algo, conseguimos muchas plantas, solo nos faltó unas pocas, sabes que todo esto lo hacemos por nuestra Bai Guoer" – A pesar del mal tiempo, la mujer lanzo unas palabras de aliento a su esposo.
El cual simplemente asintió. No podía rendirse y tampoco morir en este lugar, su hija aun le necesitaba.
Por lo cual poco a poco empezó a recuperarse. A la vez que algunas partes de su cuerpo se llenaba de moretones, aunque solo fue de un tamaño mucho menor.
"Bien, tenemos que seguir... ¡¿Qué es eso?!" – Después de sanarse y recuperarse por un tiempo, el Esposo miro por una abertura de la casa hacia afuera.
La niebla seguía aún esperando, pero lo que más le extraño es que, había un niño caminando sin ser afectado por la niebla.