Anillos del Destino: Un par de anillos de plata de diseño antiguo, con inscripciones apenas visibles que brillan al ser activados.
Al ser poseídos por una sola persona, otorgan la extraordinaria habilidad de invocar cualquier objeto que tenga grabado el nombre del propietario. Esta habilidad trasciende distancias y barreras físicas, permitiendo al usuario recuperar armas, herramientas o tesoros perdidos con solo una palabra de invocación.
Según la descripción del videojuego, los Anillos del Destino pertenecieron en tiempos remotos a un transmigrador que utilizó el poder de los anillos para enfrentarse a una terrible amenaza conocida como el Rey de los Ladrones, un ser capaz de despojar a cualquiera de sus posesiones más preciadas con solo una mirada.
Después de una ardua batalla, el transmigrador logró derrotar al Rey de los Ladrones, marcando una victoria decisiva.
Sin embargo, con el paso del tiempo, los Anillos del Destino se perdieron.
Al ser separados los anillos, nadie pudo descubrir su verdadera función mágica. Solo los rumores sobre su poder han sobrevivido a través de los siglos, convirtiéndolos en piezas codiciadas por quienes conocen las leyendas.
Es irónico que los anillos terminaran en manos de dos hermanastros, Jung Hwan y Kim Yuri, quienes se odian a muerte. Ni siquiera en el fin del mundo pudieron dejar atrás el pasado y hacer las paces.
A lo largo de los años, estos dos hermanastros se encontraron en varias ocasiones, y sus respectivos anillos, como si tuvieran voluntad propia, comenzaron a atraerse mutuamente.
Sin embargo, el profundo odio que sentían el uno por el otro, alimentado por viejas rencillas y heridas familiares, nunca permitió que los anillos se unieran por completo.
Cada vez que la atracción entre los anillos crecía, la aversión mutua de los hermanastros actuaba como un muro invisible, impidiendo que los anillos se juntaran.
Nunca fueron capaces de ver más allá de sus emociones negativas, ignorando la verdadera conexión que los unía. Tampoco comprendieron que el último deseo de sus padres, en su lecho de muerte, era que vivieran sus vidas sin rencores ni deseos de venganza.
Park Moon revisaba la pila de objetos que habían sido traídos desde su mundo original.
No iba a mentir diciendo que esperaba este resultado. Esto realmente lo tomó por sorpresa.
A primera vista, el poder de los Anillos del Destino parecía superar el alcance de la Pulsera Inmortal que poseía el protagonista masculino.
Park Moon negó en su mente esta posibilidad. Si los Anillos del Destino realmente superaban el poder de la Pulsera Inmortal, el equilibrio de fuerzas en este mundo habría colapsado hace mucho tiempo.
La Pulsera Inmortal estaba clasificada como un artículo de grado definitivo, uno de los más poderosos jamás creados. No existía nada comparable a ella, excepto el sistema de la protagonista femenina.
Esto solo podría significar que la Pulsera Inmortal tiene la capacidad de teletransportar a su portador a otros mundos, incluido su mundo original.
Park Moon sintió un escalofrío recorrerle la espalda ante esa posibilidad.
Sin dudar, chasqueó los dedos una vez más y canceló la invocación, devolviendo todos los objetos a su mundo original.
Alguien muy sabio dijo una vez que es mejor no despertar al tigre que yace profundamente dormido.
En ese momento, Mukahi Motoki despertó, y lo primero que hizo fue mirar a Park Moon con una expresión expectante.
"Necesito una explicación". Dijo, con voz aún adormilada, pero llena de angustia por una razón que no lograba comprender del todo.
Park Moon tomó una respiración profunda, organizando sus pensamientos. Sabía que tenía que ser claro, o de lo contrario, la situación podría empeorar.
Tardó dos horas en explicarle, en palabras sencillas, qué eran los artículos.
"Son básicamente objetos con propiedades sobrenaturales que pueden otorgar tanto poder como conocimiento". Terminó de explicar Park Moon.
Mukahi Motoki lo miró un momento, luego frunció el ceño y murmuró:
"Como un videojuego...".
Park Moon asintió, satisfecho de que lo hubiera entendido.
"Puedes dejarme un momento solo. Necesito ordenar mis pensamientos". Dijo Mukahi Motoki, con una expresión que Park Moon no podía descifrar. Había algo en sus ojos, una mezcla de confusión y algo más, algo más profundo que no lograba comprender.
Park Moon lo observó en silencio por un instante. No era un momento para forzar palabras. Algo pesado estaba en el aire, y él lo sentía claramente. Asintió lentamente, sin decir una palabra, y salió de la habitación.
Cuando Park Moon regresó, ya había pasado medio día. El sol estaba más alto en el cielo, y el aire se sentía diferente, como si el día hubiera cambiado sin él darse cuenta. Al reencontrarse con Mukahi Motoki, notó algo distinto en él, algo que no pudo identificar de inmediato.
Mukahi Motoki lo miró con una intensidad que antes no había mostrado. Su expresión había cambiado, ya no era la de alguien confundido o abrumado, sino la de alguien que había tomado una decisión.
Park Moon frunció el ceño al observarlo. La tensión que había percibido antes parecía haberse disipado, pero algo nuevo, algo inquietante, había reemplazado la angustia.
"¿Todo bien?". Preguntó Park Moon, aunque sabía que no era solo una cuestión de bienestar físico.
Mukahi Motoki asintió lentamente, pero sus ojos no dejaban de brillar con una determinación que antes no tenía.
"He estado pensando...". Dijo Mukahi Motoki, su voz más firme que antes. "Todavía nos queda molestar al tercer joven maestro de la Capital".
Park Moon notó que esta persona estaba tratando de evitar el tema.
Como si Mukahi Motoki leyera sus pensamientos dijo:
"No eres el único con secretos Park Moon".
Park Moon empezó a desprender un aura dominante luego escuchar eso.
Su cabeza se llenó de ideas equivocadas de que Mukahi Motoki había descubierto su identidad como transmigrador.
Mukahi Motoki bajó la mirada y cayó de rodillas como instinto natural de ser atrapado por el aura dominante de Park Moon.
Park Moon que había presenciado esto, inconsciente disipó su aura dominante, preocupado por el estado de su compañero de equipo, le preguntó si estaba bien.
Mukahi Motoki le dijo que estaba todo bien. Es solo que alguna vez da algo de miedo.
Mukahi Motoki se paró y le dijo que no tenía que desconfiar de él.
"Lo último que quiero es que me odies". Dijo con una sinceridad que fue transmitida perfectamente a Park Moon.
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Nota: La protagonista femenina esta lista para el contrataque.