Ese lugar estaba envuelto en silencio.
A tal punto, que uno no creería que siempre había sido ruidoso.
Desde que los cinco delincuentes habían sido expulsados de esta sala, ni una sola persona se había movido.
Como si rompiera el silencio,
"Ahora, Bester. ¿Hay algo que quieras decir?"
"C… ¡con todo respeto, Majestad! ¡Esto es un malentendido! ¡Debe haber algún error!"
Tal era la apelación antiestética del Ministro Bester, que parecía querer contener a Rey.
En contraste, el Rey no había mostrado emoción alguna, y se mantuvo estoico.
"Un malentendido, huh… habría perdido a un Ministro fiel."
"¡Qué está diciendo! No puedo entender cómo es que usted cree que ese hombre había jurado su lealtad a su Majestad…"
"¡Bester! Estás equivocado. El caso de Kaijin se había perdido hace mucho tiempo… el fiel Ministro que habría perdido, no es otro más que tú."
Una voz tranquila sin revelar emoción alguna. Mientras Bester chilló en respuesta.
Él pensó frenéticamente: '¡Tengo que pensar en alguna excusa!' Pero no pudo formar un pensamiento coherente.
¿Qué es… lo que acababa de decir… el Rey?
¿El que perdió soy… yo? Eso significa…
Bester quería llegar a algo. Pero ningún pensamiento se formaba.
"Lo preguntaré de nuevo. Bester, ¿tienes algo que decir?"
Aterrador.
Su mente estaba llena de miedo.
¡Tengo que responder a su pregunta! Pensó, ¡¡¡pero las palabras no salen!!!
"Con… con todo… con todo respeto…"
"Basta, esperaba más de ti. Siempre esperé. Incluso para que vengas a aclarar el 'Incidente del Equipo/Traje de Batalla Mágico'. Pero, incluso ahora… ¡mira!"
El Rey dijo señalando a dos ítems.
El algún momento antes, un asistente los había traído. Bester los miró con ojos vacíos.
Algo que nunca había visto antes, una esfera líquida envuelto en tela. Y una sola espada larga.
"¿Sabes lo que es esto?"
Como le preguntaron, él observaba detenidamente.
La esfera que no la había reconocido, pero la espada era la que Kaijin siempre llevaba.
"¡Piensa!"
En lugar del Rey, el asistente había explicado.
La mente de Bester requería muchas más horas para entender la realidad.
Es una píldora de restauración, pero una píldora de restauración hecha de hierba Hipokte. Es una de restauración completa.
Con la tecnología de los enanos, lo mejor que podían conseguir era una pureza del 98%.
Al 98% nunca tendría el efecto de la medicina de alta calidad. ¡¡¡Pero esto, estaba en 99%!!!
El rostro de Bester se iluminó con sorpresa. Quería saber el método de extracción. Pero lo que debería haber sorprendido más a Bester era la espada larga.
El mineral del demonio utilizado en la hoja había comenzado a adaptarse a la del usuario, por lo que se informó.
'Pero eso es imposible… ¡normalmente se tardan diez años para que eso suceda!' Bester, en estado de shock, fue acosado por tales pensamientos.
'¡Si eso es cierto!' Tal era el pensamiento que dominó su mente.
"El que había producido estos ítems era el slime. Gracias a sus esfuerzos, ya no tenemos una conexión con el slime. ¿Tiene algo que decir en su defensa?"
Bester sabía muy bien la profundidad de la ira del Rey.
No había nada más que pudiera decir…
"Nada… ¡No tengo nada que decir, su Majestad!"
Las lágrimas brotaron de su interior.
'¡Yo había sido abandonado por el Rey!', finalmente entendió.
Él sólo quería ser de utilidad para el Rey. Y ser reconocido. Ese era su deseo, y sin embargo…
¿Cuándo fue que se equivoco?
¿Fue cuando él se puso celoso de Kaijin?
¿O era así antes?
Él no sabía eso. Todo lo que él sabía era que traicionó las expectativas del Rey. Esa verdad es única.
"Es eso así. ¡Entonces, Bester! Se le prohíbe la entrada al Reino para siempre. Nunca más te muestres ante mí a partir de ahora. Sin embargo, te dejo una palabras de despedida… ¡¡¡Usted ha servido bien!!!"
Al escuchar las palabras del Rey, Bester respondió con una profunda reverencia. Y así salió de la sala. Para pagar el acto insensato que había cometido…
Al mismo tiempo a la izquierda de Bester,
Los guardias restringieron a su cómplice, el representante traicionero. Que vio por el rabillo de sus ojos.
"¡Espías! ¡Mantengan un ojo sobre el slime! ¡Nunca aparten su vista de él! ¡¡¡NUNCA!!!"
El Rey había levantado su voz para dar esta orden.
¡Ese Rey que por lo general es tranquilo, levantó la voz! Todo el mundo se tensó ante la gravedad de la orden.
"¡Incluso a costa de vuestras vidas!" Los espías asintiendo, desaparecieron. El Rey reflexionó tanto.
¿Qué era ese monstruo?
Esa era una criatura única. Dejarlo suelto en el mundo… Probablemente terminará nuestros días paz…