—¿Qué estás haciendo? —Lin Tianzhan percibió que la conexión entre él y su arma se había cortado. Entrecerró los ojos. Esta arma había potenciado significativamente su fuerza y lo había acompañado durante incontables años, ya la consideraba parte de su cuerpo. ¿Incluso así, la conexión fue cortada? —Él no pensaba que su arma lo traicionaría. El humano debe haber hecho algo.
—Simplemente hice que tu arma se cambiara al lado correcto —dijo Su Ping, haciendo que Lin Tianzhan casi vomitara sangre de furia. Se volvió aún más sombrío, contemplando la hoja en la mano de Su Ping—. ¡Xiao Nie, vuelve!
—Yo... no puedo regresar... —dijo una voz dolorida e impotente que venía del alma del arma. Sus recuerdos de Lin Tianzhan permanecían, pero estaban desvaneciéndose. Como resultado, su lealtad hacia Lin Tianzhan estaba declinando por momentos. Era alarmante para el artefacto consciente, sabiendo que el enemigo eventualmente lo empuñaría para luchar contra su anterior maestro.
