Los sentidos de Chi Ying se recuperaron instantáneamente, ya no bloqueados por la tienda al entrar. Hubo una sensación inmediata, un aura inconmensurable que se erigía como una montaña. Todos sus poros se contraían más allá de su control.
La tienda estaba tranquila. Solo había la voz ocasional preguntando el nombre y la condición de cierta.
Chi Ying miró la fuente del sonido y notó a un hombre agachado frente a una bestia feroz, pidiéndole que abriera la boca. Colocó su cabeza frente a la gran boca aterradora y miró dentro, completamente tranquilo.
La mascota era extremadamente obediente. Como una estatua, se sentaba quieta con la boca bien abierta. Había algo de miedo en sus ojos, como si temiera que algo aterrador sucediera por hacer algo mal.
Esta es realmente una tienda de mascotas aterradora..., pensó Chi Ying.
—Jefe Su.
