—¡Bang!
—El suelo tembló —Su Ping se elevó al cielo como un águila.
—A medida que se liberaba del pozo en el que se encontraba, el efecto del Confinamiento Espacial se reducía rápidamente —Cuando estaba a unos cuatrocientos metros del suelo, el efecto era tan mínimo que podía ser ignorado por completo.
—Su Ping no se detuvo allí —Voló otros doscientos metros por si acaso el Rey Celestial de Otro Mundo había falsificado el alcance de su habilidad de Confinamiento Espacial.
—Por favor, detente…
—No muy lejos, Mu Beihai seguía suplicando y llorando —Se arrodilló en el aire con poderes astrales que lo sostenían —Tenía una cara de desesperación y dolor.
—En el suelo, las llamas oscuras seguían ardiendo.
—Cada chispa era alimentada por el cuerpo y el alma del Fénix Oscuro Llameante.
—¡Cuando el fuego se apagase, no quedará nada del Fénix Oscuro Llameante!