Comer una bestia de rango 5 mientras se tiene un cuerpo de rango 4 no era una tarea fácil.
Las bestias mágicas solo tenían un centro de poder, lo que significaba que todo su aliento acumulado sería redirigido para reforzarlo.
Eso llevó a una situación donde las bestias de un rango inferior no podían ni siquiera herir a aquellas de un rango superior.
Las bestias de rango 5 no podrían controlar docenas de criaturas de rango 4 si estas últimas tuvieran la oportunidad de derrotarlas; la cadena alimenticia de las bestias mágicas sería bastante caótica de lo contrario.
Sin embargo, eso no significaba que no podían comerlas.
Los cadáveres de las bestias mágicas comenzarían a liberar el aliento contenido en su interior en el mundo exterior después de su muerte, lo cual debilitaba la estructura de sus cuerpos y permitía que criaturas más débiles los hirieran.
No obstante, aún quedaba el problema de su digestión en ese punto.