—Noah volaba por el cielo, seguido de cerca por sus compañeros y su espada. Su cabello no ondeaba al viento como solía hacerlo, sino que permanecía bastante quieto como si se tratase de una especie de pesada melena.
—Su enfoque estaba en el suelo agrietado y destrozado bajo él, incluso si tenía que usar parte de su atención para controlar el Aliento que le permitía volar.
—Usar el Aliento en el ambiente se sentía diferente. Estaba moviendo algo que no le pertenecía a través de su voluntad. La sensación se parecía a la que sentía cuando controlaba a las bestias mágicas, pero provenía de algo más profundo que el puro miedo a un ser más poderoso.
—En cuanto al ambiente bajo él, no se parecía en nada a la isla que acababan de dejar. Había cráteres oscuros por todas partes, con árboles ardientes que aparecían de vez en cuando.