Cuando Noah despertó, se encontró en una habitación desconocida acostado en una cama.
Su mente estaba confusa, e intentó girar la cabeza para observar mejor los alrededores.
Inmediatamente, como resultado, una ola de dolor proveniente tanto de su espalda como de su cabeza le hizo gruñir.
—Será mejor que no te muevas, solo han pasado dos días, y tu cuerpo todavía necesita recuperarse. Tu mente también se agotó, así que te recomiendo que te quedes donde estás y descanses un poco más de tiempo antes de pensar siquiera en reanudar tu entrenamiento. —La voz de Guillermo sonó desde un lado de la cama, estaba sosteniendo un libro mientras navegaba casualmente a través de sus páginas.
—¿Fue un éxito el tratamiento? —Noah preguntó con voz baja.
—¿De verdad no tienes nada más en tu mente, verdad? Sí, todo salió bien, y a medida que avanza la alimentación del primer ciclo, romperás las barreras del cuerpo de rango 1 y te estabilizarás en su etapa temprana. —Guillermo cerró el libro y tomó una cuenca llena de un líquido verde de una mesa cercana.
—Bébete esto, te servirá como comida y acelerará tu proceso de recuperación. —Sostuvo la cuenca en la boca de Noah y lentamente vertió el líquido adentro, teniendo cuidado de no hacerlo atragantar.
Una sensación de frío invadió a Noah mientras se obligaba a beber la sopa, ignorando el dolor que sentía al tragar.
Cuando terminó, volvió a sentir sueño.
—Creo que descansaré un poco más, Maestro. —Luego cerró los ojos e inmediatamente se quedó dormido.
Guillermo sacudió la cabeza, pero una sonrisa estaba siempre presente en su rostro.
—El tratamiento fue en realidad peor de lo que pensaba, pero él lo manejó bien. Tal determinación y energía mental, me siento bendecido de tener un discípulo como este —Guillermo se sentó en la silla junto a la cama y recogió nuevamente el libro que estaba leyendo—. No iba a dejar a su discípulo hasta que se hubiera recuperado completamente.
Solo fue hasta tres días después que Noah finalmente pudo ponerse de pie por sí solo, aunque con un poco de esfuerzo.
—Guillermo todavía estaba a su lado y no pudo evitar estar realmente asombrado —En solo cinco días de descanso, ya puedes ponerte de pie... ¡Las ventajas del método de los Siete Infiernos son increíbles! Incluso tu energía mental se recuperó completamente ayer, creo que en otro día podrías estar casi a plena fuerza.
Noah estaba intentando sentir los cambios en su cuerpo mientras estaba de pie, podía percibir claramente la fuerza de absorción en su espalda que estaba alimentando constantemente «Aliento» a su cuerpo, acelerando su proceso de recuperación.
—Es de hecho maravilloso, Maestro. ¡Creo que después de que mi cuerpo se haya recuperado por completo, y el «Aliento» se centra en alimentarlo, mi fuerza aumentará exponencialmente! —Guillermo sacudió la cabeza y se dio cuenta de que se había convertido en un hábito desde que había comenzado sus lecciones con Noah—. Por ahora solo concéntrate en tu recuperación y acostúmbrate a tu nueva fuerza, a partir de la próxima semana vamos a luchar usando el «Aliento» cada sesión ya que su reabastecimiento no afectará tu tiempo libre.
Cuando él dijo eso, Noah se emocionó y se centró de todo corazón en descansar.
Al día siguiente, Noah volvió a su alojamiento y fue abrumado por las preguntas preocupadas de su madre.
Después de que logró ocultar las partes peligrosas y comió más de lo que jamás había comido en su vida, Lily lo dejó libre para volver a su habitación, satisfecha con el tiempo que había pasado con su hijo.
La vida de Noah volvió a su rutina anterior. La única diferencia era que sus sesiones de entrenamiento semanales con su Maestro se habían vuelto más intensas.
Entrenarían toda la mañana, y el uso de Noah del «Aliento» sincronizado con el estilo de sable gemelo creció en habilidad con cada sesión, con su Maestro atribuyendo su rápida mejora al método de Forja de los Siete Infiernos.
Sin embargo, su mayor progreso fue aún su energía mental.
Para entonces, podía entrenar con la runa de Kesier durante cinco horas seguidas.
Al parecer, su mente se hizo más fuerte después de resistir el dolor del tratamiento."
—Parece que las experiencias por las que uno pasa en la vida pueden fortalecer la estabilidad de la esfera en el mar de conciencia. Cuanto más estable es la mente, más puede resistir su exposición a la runa—. Noah se dio cuenta de eso, después de otra noche de entrenamiento en energía mental.
Habían pasado dos meses desde ese día en la sala de torturas, y sintió que su cuerpo había alcanzado una especie de límite, pero sus siete puntos de acupuntura seguían absorbiendo «Aliento», por lo que desechó la idea de someterse al segundo tratamiento.
—Le dolía la cabeza, como todas las noches después de que observaba la runa durante muchas horas, pero ese dolor ya no podía hacerlo encogerse de miedo.
—Después de sobrevivir ese día, temo que mi concepto de dolor se haya torcido un poco—. Él sonrió levemente y luego se fue a dormir.
Temprano en la mañana, cuando el sol aún no había salido, se despertó abruptamente sintiendo una incomodidad en su cuerpo.
Miró su cuerpo y notó que los poros de su piel estaban secretando una sustancia negra que tenía un olor nauseabundo.
Sin saber qué hacer y pensando que era un efecto secundario del método de Siete Infiernos, salió rápidamente por la ventana de su habitación y corrió hacia el edificio de los guardias con tanta prisa que caer del primer piso solo le causó una pequeña incomodidad cuando activó el «Aliento» en su cuerpo para reforzar sus extremidades inferiores.
Corrió mucho más rápido de lo que había hecho en su vida, pero estaba demasiado preocupado para notarlo.
Cuando estuvo en el primer piso del edificio, llamó rápidamente a su Maestro.
—Maestro, ¡ayuda! Parece que hay un problema con mi cuerpo.
Guillermo era un cultivador de cuarenta y un años.
Había cultivado durante más de veinte años.
Una persona como él notaría cuando alguien corría cerca de su habitación, pero normalmente los ignoraría ya que le encantaba dormir.
Aquel día, sin embargo, se vio obligado a despertar por la llamada de auxilio de su discípulo.
Salió apresuradamente de su habitación y miró en dirección a la voz.
Noah estaba cubierto de pies a cabeza con un líquido negro que tenía un olor terrible.
A partir de su expresión, podría verse cuán preocupado estaba.
Guillermo, al verlo en ese estado, sonrió al principio, pero luego se enfadó un poco consigo mismo.
—Mierda, se me olvidó totalmente explicárselo. Si se lo hubiera dicho antes, podría haber seguido durmiendo. Bueno, ¿cómo iba a saber que sería tan pronto?—Bostezó y luego se frotó los ojos todavía adormilados.
Al ver la actitud relajada de su Maestro, Noah se calmó un poco y esperó pacientemente una explicación.
—Entonces, ¿cuál es el problema?—dijo Guillermo, un poco irritado.
Noah se sorprendió.
—¿No es obvio?—pensó.
—Ehm, me desperté en medio de la noche con esta suciedad saliendo de mi cuerpo. ¿Podrías explicarme por favor qué me está pasando, querido Maestro?
Guillermo puso una expresión sorprendida y actuó como si no hubiera notado nada hasta que lo mencionó Noah.
—Ah, eso. Bueno, tu cuerpo ha avanzado al rango 1.
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Editado por: Alessandro Sica