Noah no soñaba. Su existencia hace tiempo que se había convertido en una. El sueño dentro de la crisálida no necesitaba mostrarle nada.
De vez en cuando, algunas imágenes destellaban en su visión. No eran más que recuerdos parciales compartidos por sus compañeros a través de la conexión mental.
Noah podía ver a sus compañeros defendiéndolo y manejando las bestias mágicas en la superficie. Aquellas criaturas presentaban seis especímenes de rango 8, pero no podían hacer nada contra el nuevo poder alcanzado por Snore y Duanlong.
Su cuerpo evolucionó durante la crisálida y pulió la evolución experimentada por sus centros de poder. La fuerza de Noah seguía aumentando a medida que su existencia se estabilizaba en el octavo rango. Esa armonía también trajo una nueva ola de mejoras en su dantian, mente y agujero negro.
Las existencias divinas eran expresiones de leyes personales. Sus centros de poder compartían una conexión estrecha que casi les impedía romper su armonía.