La grieta en el vacío continuaba cerrándose mientras el titán mantenía a Rey Elbas atrapado del otro lado de la negrura líquida. Lenguas de llamas doradas salían de ella de vez en cuando, pero el artículo divino resistía con firmeza.
La piel de Demonio Perseguidor comenzaba a tornarse gris de nuevo. Parecía que el esfuerzo estaba revirtiendo los efectos de las leyes crudas, pero no se atrevía a disminuir su salida de energía.
Había comprendido que la técnica de Noah tenía límites y que Rey Elbas ya había comenzado a superarlos. No habría otra oportunidad para derrotarlo si fallaba en mantener al Real en la otra dimensión.
La superficie rojo oscuro del titán comenzó a arder bajo los efectos de las llamas de Rey Elbas. El fuego dorado se movía de manera ordenada y según líneas precisas para desatar un aura extraña que parecía ser muy efectiva contra el artículo divino.