Para entonces, Su Yiren había logrado ponerse de pie.
Observó a Lin Yuan en silencio por un momento antes de inclinarse ante él con determinación y dijo, "Señor, a partir de ahora, soy una de sus subordinados. No dude en decirme si necesita que haga algo. Mi nombre es Su Yiren."
—Señor, a partir de ahora, soy una de sus subordinados. No dude en decirme si necesita que haga algo. Mi nombre es Su Yiren —dijo con determinación.
Las palabras de Su Yiren tomaron por sorpresa a Lin Yuan. Él había asumido que sería difícil para ella cambiar su actitud inmediatamente y que necesitaría ser reorganizada después de unirse al Parlamento Astronómico, dado su estatus como Enviado Oscuro.
Aún así, lo sorprendió y hasta lo llamó 'Señor'.
—Señor —lo sorprendió ella.
Como ella se había postrado, Lin Yuan no se contuvo.
Desde que Lin Yuan había obtenido el aceite de cerebro de las ballenas isleñas, no le faltaban elementos que contuvieran energía del alma.