Ocho meses era el tiempo perfecto para completar este pedido.
Pero al mismo tiempo, colaborar con la Ciudad Olas Furiosas también traería a Lin Yuan 25,000 Cristales de Fuente de Ley. Cuando se sumaran a los Cristales de Fuente de Ley que ya tenía, Lin Yuan no tendría que preocuparse por que la Reina Empuñadora de la Espada Sagrada pasara hambre durante mucho tiempo.
Liu Jie ya no se sorprendía por la manera en que Lin Yuan hacía negocios. Sin embargo, lo mismo no se podía decir de los dos Enviados de la Guardia detrás de él —sus ojos se abrieron tanto que casi se salían de sus órbitas.
Para convertirse en un Enviado de la Guardia, uno tenía que ser al menos un experto de clase teárquica. Además, los Enviados de la Guardia pasaban mucho tiempo en las tierras exteriores en asignaciones, y la mayoría de los Guardias Espirituales estaban bien versados en los caminos del mundo, mucho menos los Enviados de la Guardia.
