Qi Wangyang y Qi Haitao saltaron y levantaron la cabeza para explicarse.
Sin embargo, Lin Yuan les ganó la partida y dijo:
—No sé qué están pensando. Están al borde del desastre, pero aún intentan hacer negocios con Ciudad del Cielo. Actualmente no tienen derecho a negociar con Ciudad del Cielo.
—El clan de la Felicidad del Mar está ahora en la tabla de cortar del Parque de Bestias Conectado, y ya han hecho una solicitud a los Guardias Espirituales para emitir un desafío de lucha final del pacto de sangre con ustedes. Mientras sean persistentes, los Guardias Espirituales los obligarán a aceptar.
—Será imposible para ustedes ganarle al Parque de Bestias Conectado. Según las reglas de la lucha final del pacto de sangre, el Parque de Bestias Conectado podrá decidir su destino y tomar control sobre todos sus negocios. ¿Creen que les permitirán mantener sus vidas?
Las palabras de Lin Yuan fueron como cuchillos que apuñalaron el corazón de Qi Wangyang y Qi Haitao.