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Xia Chen entendía de dónde venía el Monarca del Bambú. Por lo tanto, la verdadera razón por la que estaba allí era para detener a cada persona, incluida Canción de la Cigarra.
En ese momento, un destello de metal negro cruzó el cielo y un hombre con armadura de hierro apareció junto a Canción de la Cigarra.
—Llévame a ver al Monarca del Bambú —dijo el hombre con armadura de hierro a Xia Chen.
Xia Chen negó con la cabeza y respondió:
—Mi Maestro dijo que el Bosque de Bambú Púrpura ya no recibiría visitantes. Usted no es una excepción, Señor Prisión de Hierro. Si le gustaría tomar asiento para descansar, puedo preparar para usted nuestro Té del Río Bambú especial.
La expresión de Prisión de Hierro se endureció al decir:
—El Monarca del Bambú quizá no esté recibiendo visitantes, pero insisto en reunirme con él.
Mientras Prisión de Hierro hablaba, Xia Chen sonrió y dijo:
—Señor Prisión de Hierro, por favor no le complique las cosas a mi Maestro ni a mí.
