"Un carro de guerra dorado se desplazaba por el cielo despejado sobre la costa.
Los destellos dorados en el cielo brillaban como un océano dorado, más brillante que los vastos mares que se reflejaban debajo de él.
El cielo dorado estaba entrelazado con el resplandor de la victoria. Era como si la extensión dorada del cielo estuviera clamando con el triunfo de la guerra.
Dos caballos de guerra de metal dorado trotaban con la cabeza en alto, otorgando al carro de guerra dorado un aura de poder devastadoramente regio.
Una niña con cabellos dorados, una postura recta como una vara y ojos dorados se encontraba en lo alto del carro con una expresión vacía.
Dejaba tras ella austeridad y aspereza.
De repente, varios vórtices de agua surgieron del océano y se dispararon hacia el carro.
Aunque el océano era obviamente azul, los gigantescos vórtices de agua eran negros.
