La aparición del fénix negro hizo que el aire sobre el mar se volviera aún más delgado.
Era como si todo el aire hubiera sido perdido en la noche eterna.
A primera vista, el fénix negro no parecía impresionante. Sin embargo, no era porque tuviera características simples.
El fénix negro era como un agujero negro que se había abierto en la jaula de pura oscuridad.
En ese momento, el fénix negro extendió sus alas, y la oscuridad en la que se estaba ahogando la isla fue succionada de vuelta al cuerpo del fénix negro.
Con la luz del sol derramándose sobre la isla nuevamente, el fénix negro parecía aún más inhibido ya que ni siquiera permitía que un atisbo de su aura se filtrara.
Cuando Fénix Blanco volvió a su forma original, el Dragón de Calor del Mundo Ardiente se mostró aliviado y le dijo a Fénix Blanco en un tono burlón:
