Miao Zhenshan habló lentamente y con suavidad, pero Zheng Kaiyuan sabía que Miao Zhenshan le había dado un ultimátum.
Zheng Kaiyuan era lo suficientemente inteligente para leer entre líneas.
Había intentado urdir un plan durante la llamada porque estaba desesperado por encontrar una manera de salvarse a sí mismo.
—Abuelo, no te preocupes. Definitivamente hablaré por el Hermano Zhuo frente al Señor Lin Yuan y trataré de encontrar oportunidades para que el Hermano He hable con el Señor Lin Yuan —prometió Zheng Kaiyuan.
Miao Zhenshan no respondió.
Miao Qi suspiró y dijo:
—Kaiyuan, te he enseñado el camino del Maestro de la Creación desde que eras joven. Siempre has sido inteligente, así que confío en que sabes cuánto problema has causado esta vez. Deberías actuar apropiadamente en tal momento y asegurarte de no causar más problemas.
Zheng Kaiyuan asintió obediente, pero su puño se cerró con fuerza bajo su manga.