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Los ojos de Qiao Xi se enfriaron mientras se liberaba con fuerza de la mano de Yu Manting. Luego la empujó fuertemente. Yu Manting gritó y casi se cae. Rugió como una loca—¡P*ta! ¿Qué método usaste para hacer que él te diera la pulsera? No es de extrañar que estés ocupando esta habitación privada. ¡Estás aquí para presumir! Quítatela rápido. ¡Esta pulsera es mía!
Yu Manting estaba pálida mientras jadeaba fuertemente. Había seguido a Yin Jingting hasta Shengdu desde Ciudad Luo, y ahora, estaba en Ciudad Li. Sin embargo, Yin Jingting ni siquiera se molestó en mirarla, y mucho menos en darle la pulsera de jade que representaba a los descendientes directos de la familia Yin. No esperaba que esta pulsera apareciera en las manos de otra mujer.
¡Esta mujer era tan seductora. Debe haber seducido al Hermano Jingting!
