—De hecho, estas son pinturas de Gu Zheng. ¿Es posible que Gu Zheng sea… el artista que le gusta al Abuelo? —indagó Qiao Xi.
—¡Imposible! —dijo Xue Liang sin titubear—. Pequeño Seis, piénsalo bien. El Abuelo ha estado pintando durante 20 años y de repente le creció la admiración por ese artista. Ese artista debería haber estado pintando por más tiempo que el Abuelo. Gu Zheng solo tiene 26 años este año. ¿Cómo es eso posible?
Qiao Xi lo pensó y sintió que tenía sentido. La persona que a su abuelo le gustaba debería ser un hombre de mediana edad de unos 40 o 50 años, o un Senior de la edad de su abuelo.
Xue Liang continuó, —Incluso si Gu Zheng es muy bueno pintando, es completamente imposible que sea el artista que le gusta al Abuelo. Además, lo investigué hace unos años. Parece que ese artista ya no está vivo.
Qiao Xi asintió pensativa. —En ese caso, es de verdad imposible. Gu Zheng está vivo y bien.
