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Huang Lilan miró a Qiao Xi con los ojos muy abiertos. Su cuerpo temblaba violentamente mientras jadeaba enfadada. Estaba a punto de hablar cuando de repente escupió un bocado de sangre.
Su cuerpo se debilitó y cayó al piso, pero aún así se defendió débilmente. —¡No! ¡No!
—Señora Gu, siempre decía que le gusta la Señorita Shen Ying. Con ella para conversar y admirar las flores, puede aliviar su soledad. Su sueño se ha hecho realidad. La Señorita Shen puede acompañarla todos los días después de que se case con el Presidente Gu. ¡Pueden ser mejores amigas! —dijo Qiao Xi con sarcasmo.
Huang Lilan estaba tan enojada que se sentía mareada. —¡Shen Ying! ¡P*ta! ¡Fuera de la Familia Gu! ¿Una zorra barata como tú está pensando en arrebatar mi posición?! ¡Lárgate!
Los ojos de Shen Ying estaban llenos de lágrimas mientras lloraba. —Hermana, nunca he pensado en tomar tu posición. Solo… solo quiero estar al lado de Weiming. No me importa aunque no tenga un estatus. No te lo quitaré.
