Al final, Qiao Xi no le contó a Gu Yao su plan. No era porque temiera que Gu Yao revelara el secreto, sino porque Huang Lilan era la madre biológica de Gu Yao. Estaban conectados por la sangre. Si él supiera el desenlace de Huang Lilan, definitivamente estaría triste.
El banquete duró media hora. Gu Weiming comenzó a brindar con todos. Finalmente, se acercó al lado de Gu Zheng. Todos los ojos estaban puestos en el padre y el hijo.
Gu Weiming miró fríamente a Qiao Xi, luego dijo —Ah Zheng, con tu identidad actual, ¿cómo puedes no tener a nadie que te sirva?
Gu Zheng ni siquiera levantó la cabeza como si Gu Weiming fuera una persona invisible. La expresión de Gu Weiming era fría, y su voz estaba llena de determinación. Instruyó a los sirvientes a su lado —Llámenla.
Tan pronto como terminó de hablar, Huang Lilan salió con la lastimera Shen Ying. La cara de Shen Ying estaba llena de timidez y miedo, como un pájaro asustado.
