Pero en el siguiente segundo, Gu Yao asintió con admiración. —¡Tienes razón! ¿Por qué tengo que entender los pensamientos de un retrasado? —Qiao Xi estaba aún más sin palabras. Si Gu Weiming escuchaba a los hermanos hablar de él a sus espaldas, probablemente se enojaría hasta morir.
Aunque Gu Zheng era frío, era sincero con Gu Yao. Solo Gu Zheng podría hacer que Gu Yao sintiera la existencia de un vínculo familiar, así que después de descubrir que sus padres habían atacado a Gu Zheng, quedó completamente decepcionado de ellos.
Desde que era joven, Gu Zheng se había ocupado de él, lo había educado y lo había nutrido para que pudiera distinguir entre el bien y el mal. Por eso no se había convertido en una persona fría y sin corazón como sus padres.
…
En la casa de la familia Xu.
