El aire quedó en silencio de nuevo.
La persona al otro lado del teléfono estaba conmocionada. Las comisuras de su boca se torcieron ligeramente.
—Señorita Mayor, ¿qué cree que deberíamos hacer al respecto? Estamos…
Los ojos de Qiao Xi se estrecharon. Yao Mengqing era realmente obstinada. No solo la envenenó, sino que incluso quiso contratar a alguien para asesinarla por miedo a que sobreviviera.
Desafortunadamente… La Señorita Yao era realmente desafortunada. Ella fue quien desarrolló el veneno, y el asesino al que quería contratar era también su subordinado.
Qiao Xi fue directa.
—¡Tómalo!
—Esto
—Ella quiere matarme. Si la rechazas, simplemente buscará a otros para matarme. Mejor uso a mi propia gente. Así estaré más tranquila.
…
Por otro lado, Yao Mengqing recibió un mensaje en su teléfono. La otra parte solo envió un emoji de 'OK'.
Se iluminó mientras esperaba en silencio la noticia de la muerte de Qiao Xi.