"La señorita Na corrió enseguida que Shen Yan volvió a su oficina.
—Señorita Shen, ya he encontrado a un publicista para manejar este asunto. No tiene que preocuparse demasiado —La señorita Na sonrió a Shen Yan y le entregó el documento en su mano—. Las marcas de lujo que originalmente querían pedirle que las respaldara ya han encontrado a otras celebridades.
Las comisuras de los labios de Shen Yan se elevaron ligeramente. Ella había esperado este resultado hace mucho tiempo. Nadie estaría dispuesto a utilizar a una celebridad femenina con mala reputación.
Shen Yan giró su pluma y la miró distraídamente. Miró por la ventana y dudó por un momento antes de decir, —Contacta al mayordomo Fu y dile que estoy invitando al Viejo Maestro Fu a cenar. Recuerda reservar un salón privado más grande.
—De acuerdo —respondió la señorita Na, mientras se volvía para irse.
En el estacionamiento del Restaurante Resplandeciente.