Gu San charlaba sin parar por el camino. —Señorita Qiao, estuvo demasiado genial hace un momento. Me enamoraría de ti si yo fuera mujer.
No se había dado cuenta de que había dicho el género equivocado. Qiao Nian era una chica, y era extraño que él se enamorase de ella si fuera mujer.
—¿?
Qiao Nian se sentaba en la parte trasera del coche, apoyando su barbilla con su fría mano blanca, mirando el paisaje que corría fuera del coche.
Gu San no notó que ella no quería hablar y continuó hablando.
—No viste la cara de Wei Ying, estaba más verde que un repollo después de que terminaste de hablar, y se quedó completamente atónita.
—Y esa Liang Lu, que antes quería abrazarse a la pierna de Wei Ying. Jaja, bien merecido lo tiene. Lamió las botas de la persona equivocada y arruinó su propia reputación.