—Entonces, me iré primero, Hermana Qiao. Te enviaré un mensaje más tarde.
¡Las habilidades de Qiao Nian eran impresionantes!
Ella era mucho más impresionante que Zhang Yang y la gente del grupo. Podía llevarlos a ganar cada vez. Jugar juegos con Qiao Nian era simplemente un placer.
Si Ye Wangchuan no hubiera hablado, Qin Si realmente habría querido jugar otra partida antes de irse.
Sin embargo, cuando pensó en la oportunidad de encontrarse con SUN en el distrito ilegal mañana, no estaba tan deprimido. Antes de irse, incluso saludó a Qiao Nian con la mano y no olvidó su promesa —Nos vemos luego. Te traeré un regalo cuando vuelva. Adiós.
—Ah, nos vemos luego —Qiao Nian saludó con pereza al despedirse.
Tan pronto como Qin Si se llevó a Zhang Yang, Gu San con mucha discreción dejó dos tazas de café y salió —Maestro Wang, yo también me voy.
Solo quedaban los dos en el enorme apartamento.
