El Sr. Qinn podía ver que esta chica parecía estar realmente desorientada acerca de todo esto, pero no quería creerlo. ¡Tenía 22 años! Le resultaba muy difícil creer que estuviera completamente desorientada e ignorante acerca del sexo. Si ella le hubiera dicho que nunca se había masturbado ni tocado juguetes sexuales, podría haberlo creído, pero no había forma de que no hubiera visto, leído o escuchado acerca de estas cosas en sus veintidós años de existencia. Además, ¡ella fue la que valientemente siguió adelante con esto!