Zeke solo se quedó ahí parado y miró a Alicia mientras ella luchaba por procesar las cosas en su mente y racionalizar lo que él había señalado. Unos instantes de silencio pasaron entre ellos: ambos se miraban fijamente, ninguno dispuesto a ceder —Esto es sólo una trampa para retrasarnos aún más —finalmente habló Zeke para explicar más, haciendo que Alicia frunciera aún más el ceño.
—Pero... cómo sabías... quiero decir... —la hesitación hizo que Alicia no pudiera decir todas las cosas que quería decir. Ella no es una extraña en la forma en que Ezequiel maneja las cosas y debería haber sabido mejor ahora que era inútil para ella cuestionar sus decisiones, especialmente una vez que él ha pensado en ello en su mente y más aún después de decirlo en voz alta. Ya era un hecho que este hombre sabía cosas de las que ninguno de ellos estaba siquiera consciente.