PUNTO DE VISTA DE ARIANNE
—Tag'arkh —susurré, mi voz ronca y temblorosa.
Los ojos ámbar ardientes de Tag'arkh se encontraron con los míos, y aunque su aura ardía intensamente, no había enojo en su mirada. Solo determinación. Su cabello llameante danzaba como una entidad viva, y el tenue crepitar de su poder llenó el silencio que siguió.
—Has soportado suficiente —dijo ella, su voz suave pero autoritaria, como si desafiara a los propios dioses a retarla.
Solté una risa débil, haciendo una mueca al tirar de mis costillas rotas. —Te tomó bastante tiempo.
Ella sonrió de medio lado, acercándose hasta que su cálida luz me cubrió por completo, derritiendo la escarcha que se aferraba a mis pestañas y entumecía mis extremidades. El alivio fue instantáneo, casi abrumador.
—Tuve que lidiar con algunos... obstáculos —dijo ella, su tono afilado pero teñido de culpa. —Pero ya estoy aquí ahora y te he traído noticias.