PUNTO DE VISTA DE IVÁN
Los gemelos han estado enfermando desde que Arianne desapareció. Al principio parecía algo simple. Lo atribuimos a que extrañaban terriblemente a su madre. Después de algunos días, mejoraban. Un poco melancólicos, pero estaban bien. Pero desde el mes pasado han comenzado a enfermarse.
Caeden fue el primero en enfermarse. Luego, como si la enfermedad buscara simetría, Cyril le siguió. Sucedió tan de repente, como si alguna fuerza invisible exigiera que sufrieran al unísono. Temíamos que fuera algo contagioso, pero Madea, la sanadora más confiable del reino, nos aseguró que no era el caso.
Debería haber sido un alivio. No lo fue.
Las semanas se han convertido en un borrón de desesperación. Hemos gastado una fortuna en sanadores, viajando incluso a los reinos vecinos, pero ninguno pudo explicar qué les pasaba a mis hijos. Todos murmuraban disculpas, palabras como "afección desconocida" y "más allá de nuestro conocimiento" retumbaban vacías en mis oídos.