PUNTO DE VISTA DE ARIANNE
Nyana y yo estábamos de vuelta en el reino de los dioses. Donde originalmente debíamos estar. El aire aquí crepitaba con poder, pesado e implacable, como siempre lo había hecho. Todos los dioses estaban presentes, formando un círculo alrededor mío y de Nyana. Sus formas divinas centelleaban, sus ojos brillaban con una mezcla de juicio y curiosidad. Entre ellos estaba Tag'arkh, su postura regia, su esencia vibrante ahora que estaba de vuelta en casa. El tono dorado de su energía pulsaba suavemente, su fuerza restaurada como si el mismo reino le hubiera devuelto la vida.
Podía sentir su atención colectiva presionándome como un peso, pero no tenía tiempo para la vacilación. Las cadenas, brillando con el sagrado poder de Lurina, fueron empujadas en mis manos. Estaban cálidas y vivas, casi zumabando como si anhelaran su propósito.
No perdí tiempo en agarrarlas y con velocidad las aseguré alrededor de las muñecas de Nyana.