—Las cosas estaban bien por un tiempo en el palacio, y por un momento, olvidamos todo sobre los muertos vivientes —comentó el narrador—. Todo el reino parecía estar en paz, con una calma que se instalaba sobre nosotros mientras nos preparábamos para el próximo invierno —continuó—. Fue un respiro bienvenido del caos y el miedo que nos había consumido por tanto tiempo.
—Raven estaba creciendo más rápido y se acostumbraba más a vernos a todos —relató—. Ya no llora incesantemente tanto como antes y duerme sin problemas esta vez.
—Las cosas iban tan bien en el palacio, que se nos hacía fácil olvidarnos de otros problemas que podríamos estar teniendo —explicó—. En este momento, estábamos felices y yo estaba satisfecha con eso.