Me encontraba fuera, en los brazos de Ivan, usándolo como apoyo. Todavía no me había recuperado completamente tras haber usado mi fuerza en Rissa, y habría descansado adecuadamente, pero era hora de que nos fuéramos. Rissa y su esposo, Jafar, estaban frente a nosotros, con su recién nacida princesa Asha acunada en sus brazos. Isabelle y su hermano Raheem estaban a su lado, con Christine sujetándole la mano.
La cálida sonrisa de Rissa iluminó su rostro mientras me miraba, un sentido de gratitud y alivio brillaba en sus ojos. —Desearía que no tuvieras que irte.
Le devolví la sonrisa, —Ahora vendré a visitar regularmente, si estás de acuerdo, por supuesto —dije, mi mirada se desvió para ver a Jafar.
—Eres bienvenida aquí en cualquier momento —declaró Jafar, sonriéndome lo cual fue una novedad.
—Gracias —dije.
Jafar dio un paso adelante, su mirada se encontró con la mía con una mezcla de respeto y cautela. —Gracias —dijo, su voz llena de una sinceridad que me sorprendió.