PUNTO DE VISTA DE ARIANNE
Me desperté con el suave sonido de la respiración constante de mi marido a mi lado. La habitación estaba bañada en una luz suave, y una sensación de satisfacción me invadió mientras lo observaba dormir tranquilamente. Su rostro estaba relajado, con una expresión de contento que hacía que mi corazón se inflara de amor.
Estiré la mano y tracé delicadamente con mis dedos desde sus cejas pobladas hasta sus espesas pestañas. Se abrieron, revelando dos hipnotizantes ojos grises que nunca dejaban de cautivarme. Una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios rojos, invitante y cálida mientras me miraba con un amor que hacía que mi corazón se acelerara.
—Buenos días, mi amor —Ivan dijo con una voz profunda que me envió un escalofrío hasta el núcleo. Sus palabras eran como música para mis oídos, llenándome de una sensación de calidez y seguridad que solo él podía proporcionar.