Todos se quedaron quietos mientras miraban a Tag'arkh, quien todavía los miraba con una sonrisa engreída en su cara. Sabía lo que estaba pasando por sus mentes en ese momento exacto. Estaban confundidos, asustados y también impresionados, tal como yo estaba cuando la conocí por primera vez. Todos se quedaron quietos observando cada centímetro de ella y Tag'arkh se lo permitió. También pude decir que ella amaba toda esa atención sin concesiones sobre ella.
—¿Deberíamos inclinarnos o algo así? —Harald susurró a Kiran sin mirarlo.
Kiran tampoco pudo apartar la vista de ella. —No lo sé, esta es también mi primera vez de pie frente a una diosa que no sabía que existía. —Kiran susurró de vuelta.
Tag'arkh entrecerró los ojos hacia él, sin duda escuchando lo que Kiran había dicho sobre ella. —¡Eso es simplemente grosero!
Ivan rodó los ojos mientras avanzaba. —¿Así que tú eres Tag'arkh?