Mason regresó a casa y se enteró de la fría recepción que había recibido Lila en el hospital ese día, así que decidió consolarla:
—Tómate tu tiempo con él. Después de todo, es difícil despertar a una persona desmotivada. Si necesita tiempo para reflexionar, no podemos detenerlo.
—Deberíamos haberlo descubierto antes. De esa manera su talento no se habría desperdiciado.
Después de escuchar lo que dijo su esposa, Mason estiró la mano y agarró la barbilla de Lila. Luego preguntó seductoramente:
—¿A quién querías descubrir antes?
Tras un momento de sorpresa, Lila se dio cuenta rápidamente de que el Presidente Mo estaba celoso:
—Presidente Mo, no serás tan mezquino, ¿verdad?
—¿Qué crees?
Lila no respondió. Simplemente envolvió sus brazos alrededor de la cintura de Mason y deslizó sus manos por los firmes músculos de su cuerpo.
—¿Todavía estás molesto?
—¡Falta sinceridad! —evaluó Mason con voz profunda antes de llevar a Lila a la cocina.
