La mujer era consciente de Lila. Después de todo, había revuelto la arena internacional bastantes veces.
Pero independientemente de contra quién compitieran, el equipo de Cate estaba confiado en que sus condiciones extra serían añadidas al contrato.
—En Francia, me tratan como un tesoro nacional. Dondequiera que me alojo es de un estándar de 5 estrellas. Pero mira el hotel aquí en Pekín. Hasta el aire acondicionado está roto. —se quejó Cate.
—No quiero quedarme en un lugar como este. —apoyó su gerente.
Si alguien se quejaba de que Hollywood estaba maltratando a actores extranjeros, tendrían que soportarlo, porque era Hollywood. Pero, ¿quién se creía que era Superstar Media en comparación?
El equipo de Cate estaba preparado para luchar contra Lila. Ya tenían mil razones para convencer a Lila de aceptar las nuevas condiciones.
Pero, obviamente habían subestimado las habilidades de Lila como gerente y jefa.
Pensaban que ella estaba aquí como actriz.
