—Piensa en una manera de contactar a sus familiares. Ha perdido demasiada sangre y necesita una transfusión. La sangre que teníamos en reserva fue recientemente transferida a otro hospital —le dijo el doctor a Crystal, que estaba sentada en el corredor.
—¿Servirá la mía? ¿Pueden usar la mía?
—¿Qué tipo de sangre tienes?
—A.
—Entonces deja de hablar tonterías. Llama a su familia, tu sangre no es compatible. —Después de hablar, el doctor volvió a entrar a la sala de emergencias.
Crystal sostuvo el teléfono de Chantel y solo pudo pensar en una persona: Alan. Así que, sin dudarlo, le hizo una llamada.
Diez minutos después, Alan llegó al hospital en pánico, descalzo y todavía con los pijamas puestos.
En cuanto el doctor salió otra vez, él gritó de inmediato:
—Mi tipo de sangre es O.
—¿Cuál es tu relación con la paciente? —preguntó de inmediato el doctor.
—Soy su hermano —respondió Alan.
—Ya hemos traído sangre de otro hospital. Puedes entrar primero.
