—No, yo... —El estudiante de cabello corto estaba asustado.
Braydon Neal ya estaba frente a él. Su justa mano izquierda cayó sobre su pecho, agarrándolo del cuello, y de repente lo arrojó al suelo.
¡Bang!
Hubo un sonido apagado, como si una bola de cañón hubiera golpeado el suelo pesadamente, levantando una nube de polvo.
¡La carretera de cemento se agrietó como una telaraña!
El final del estudiante de cabello corto fue similar al de Hubert Conrad de antes.
Tosió un gran bocado de sangre, con los ojos saltones y ensangrentados, luciendo feroz y aterrador.
—Mi padre no te intimidó ni te ofendió, pero tú lo insultaste. ¿Los buenos deben algo a alguien en este mundo? —Braydon murmuró.
¡Esta oración casi despertó la intención asesina de Braydon!
¡Una vez que Braydon tuvo la intención de matar, sería la cosa más aterradora del mundo!
—Braydon, no puedes pelear! —Laura Quinn gritó.
Sus palabras extinguieron la intención asesina de Braydon.