Habíamos estado recorriendo la ciudad con Lancy durante un par de horas y hasta mis piernas empezaban a sentirse cansadas.
—¿Eso es todo ahora? —uno de los estudiantes dijo de manera miserable.
—Por supuesto que no, dudo que alguna vez llegues a ver todo de la Academia de Avrion. —Se podía ver una sonrisa en su rostro, parecía que a Lancy le gustaba enseñarnos.
—¿A dónde nos dirigimos ahora entonces?
—A vuestros Dormitorios.
Con eso, el ánimo de todos se levantó, finalmente estaríamos viendo la escuela. Continuamos siguiendo a Lancy, el ritmo se había acelerado un poco ya que todos estábamos emocionados ahora.
Finalmente, habíamos llegado a nuestro tan esperado destino. Todos estaban en shock frente a la vista que tenían delante. El lugar en el que estudiaríamos y entrenaríamos era el palacio que se podía ver desde fuera de las murallas. El edificio parecía aún más grande de cerca.
Lancy fue a la entrada del edificio y se volvió para enfrentarnos. Su expresión pasó de juguetona a seria.
—Nos encontraremos en el comedor a las 2:00 pm en punto. Una vez que todos hayan comido iremos a los campos de entrenamiento, que están en la salida norte detrás del edificio. Estad listos para esto es cuando comienza la evaluación.
—¿Dónde está todo el mundo? —preguntó un estudiante.
En comparación con el resto de la ciudad, la escuela parecía extremadamente tranquila. Las únicas personas que estaban allí eran dos guardias que llevaban fajas blancas parados frente a la puerta. Honestamente, estaba medio esperando una ceremonia de bienvenida.
—Hoy hay una reunión entre los ancianos, la mayoría de los caballeros están en una misión. Los otros estudiantes nuevos están entrenando para la próxima evaluación.
—¿Otros estudiantes? —todos comenzaron a mirarse unos a otros con una mirada confusa en sus caras.
—¿No pensabais que vosotros chicos eráis los únicos, verdad? Avrion tiene muchos pueblos como bases para nuevos estudiantes, el pueblo Renny es solo uno de ellos. Si solo reclutáramos a cincuenta caballeros al año habríamos sido derrotados hace mucho tiempo.
Lancy pudo ver a todos los estudiantes murmurando entre sí. Decidió avanzar hasta la entrada. Se acercó a la puerta y los dos guardias comenzaron a abrirlo.
Los guardias necesitaron toda su fuerza para abrir las dos gigantes puertas.
—Queréis convertiros en una faja blanca como estos chicos, convertiros en un guardia, un trabajo fácil donde estáis lejos de todo el peligro. —dijo Lancy mientras pasaba junto a los dos.
El interior del edificio era tan espectacular como el exterior. Las paredes estaban forradas con famosos cuadros de caballeros bestias de todo tipo. También tenían muchas armas grandiosas en exhibición, algunas demasiado grandes para ser usadas realmente en batallas.
Recorrimos la planta baja hasta que nos detuvimos justo afuera de una puerta roja de tres metros de altura. Fuera estaban dos guardias vestidos con armaduras negras. No parecía barata y los caballeros parecían aterradores.
—El rojo es el signo de peligro, nada bueno ha salido de ese color en estas tierras. Así que mantente alejado de esta puerta roja detrás de mí. —Lancy me echó un vistazo mientras hacía el discurso.
Quería pelear con él allí mismo, pero no quería montar un escándalo. Aunque mi fuerza había mejorado mucho y estaba seguro de que podía derrotar a alguien como Lancy, que era un Maestro escudero. No podía empezar a adivinar cuán poderosos eran los dos caballeros que custodiaban la puerta.
—¿Qué hay allí abajo? —preguntó un estudiante.
—La Prisión de Avrion, allí guardamos a los criminales más peligrosos, así que no querrás ni intentar echar un vistazo allí.
Slyvia se sorprendió por esto y formuló una pregunta.
—¿No es absurdo, mantener a criminales tan peligrosos en el campus de la escuela?
—La academia de Avrion es el lugar más vigilado de la tierra, con los Caballeros más fuertes. ¿Qué mejor lugar que aquí para mantenerlos controlados? Si no me crees intenta entrar a la mazmorra un día y ver si puedes —Lancy se burló de su comentario como si hubiera hecho una pregunta estúpida.
Slyvia se mordió la lengua y pareció que estaba reprimiendo sus emociones para decir algo.
Continuamos caminando hasta llegar a una puerta que decía:
—Alojamiento nuevo para estudiantes.
—Vuestro nombre estará en la puerta de vuestra habitación. No hay posibilidad de cambio sin importar cuánto no os guste vuestro compañero de cuarto. Esto es el ejército, acostumbráos a ello. Vuestros uniformes escolares están dispuestos en vuestra cama. Buena suerte a todos y nos vemos en el campo de entrenamiento.
Abrimos la puerta y entramos. Los dormitorios se habían dividido en seis áreas diferentes. Cada una de las áreas dependía del pueblo del que provinieras. Así que todos los estudiantes del pueblo Renny estaban juntos.
Fui por el pasillo buscando mi nombre con Gary, vimos nuestros nombres frente a la puerta tal como Lancy había dicho, pero nos sorprendió lo que más había en la puerta.
Se podían ver ocho nombres diferentes en la puerta. Esto probablemente significaba que teníamos que compartir la habitación con ocho personas. La otra sorpresa fue que reconocimos dos de los nombres.
Abrimos la puerta y entramos a mirar dentro. La habitación tenía un total de cuatro camas literas que permitían que ocho personas durmieran. No había mucho más para decorar aparte de eso. En dos de las camas, dos de los estudiantes ya estaban deshaciendo sus cosas.
Uno de ellos era Ian, el robusto pelirrojo muscular que peleó bien con los gusanos afilados. El otro era un chico de baja estatura vestido de negro. Su cabello le cubría los ojos y no parecía tener ninguna expresión facial. De hecho, parecía que todos eran invisibles para él.
Gary se había ido a saludar a sus nuevos compañeros de cuarto mientras yo desempacaba mis cosas en una de las camas. Mientras desempacaba mis cosas, escuche un grito.
—¡No puede ser, esto no puede ser posible, cómo pueden permitir esto!? —Sylvia gritó. Estaba tan sorprendida que había dejado caer sus bolsas al suelo.
—¡Estoy compartiendo habitación con chicos! —siguió en un estado de pánico mientras su cara se volvía más roja.
Todo el cuarto estaba ahora mirando en la dirección de Slyvia.
Gary, incapaz de leer el ambiente, se acercó a ella con una sonrisa alegre.
—Hola mi nombre es Gary, espero te parezca bien... —La frase de Gary fue interrumpida por la bolsa de Slyvia que le pegó en la cara.
—Cállate, no me voy a quedar aquí
Slyvia se había ido rápidamente a buscar a alguien.
Unos momentos después regresó, pareciendo incluso más deprimida que antes. Supongo que lo que Lancy dijo era cierto, no había ninguna posibilidad de cambio.